23 de enero de 2010

23 de enero de 2010: Leyendo a Robert Lowell (IV)


Así pues, sólo leo en lenguas que no sean el castellano cuando mi competencia es suficiente, no existe traducción o estoy realizando o una investigación académica o documentándome para un texto creativo.

Volviendo a Day by day. Además de mis hábitos, las disonancias que había ido percibiendo podían quedar justificadas porque el traductor, en el Prólogo, advertía que se había tomado algunas libertades para acomodar el pentámetro yámbico al lejano equivalente castellano del "ritmo imparisílabo" castellano, esa música que el gran Garcilaso adaptó a nuestra lengua con tal maestría que no se ha vuelto a producvir en ella un hecho de tanta trascendencia para la poesía" (p34): no había motivos para abandonar la familiaridad del castellano y dejar de confiar en el traductor.

Seguí leyendo la versión de Luis Javier Moreno hasta que en el poema "En una sala del Hospital" ("In the Ward", p80 de la edición de Losada) leí: "... Viejas mises hermosas y maestras ancianas / prefieren perder antes su cabeza / a perder sus amigos". Recurrí al Apéndice con la versión original porque aquellos tres versos desentonaban respecto a los anteriores, especialmente -creí- las "viejas mises hermosas". En el original se decía: "old beauties, old masters / hoping to lose their minds before they lose their friends".

Sin entrar en que es posible darle otro sentido a los versos, traducir "old beauties" por "viejas mises hermosas" en lugar del más razonable "viejas bellezas" o "antiguas bellezas" no me pareció acertado. Que se pueda estar refiriendo a "misses" es posible pero no lo veo claro (¡si sólo fuera eso!). Creo que es preferible traducir "beauties" por "bellezas" en lugar de "mises hermosas" y, aunque no sea ninguna autoridad, mi firme creencia tuvo el efecto de hacerme desconfiar del traductor y obligarme a leerlo en inglés.

El resultado: más de una semana en torno a Lowell, el diccionario, la traducción y el enredo de alguna dicusión imaginaria (à la Wilson-Hanks) con el traductor sólo para acabar comprobando que en más ocasiones sabía él como verter una expresión del castellano al inglés que yo.

Sí, la musicalidad y el ritmo del pentámetro yámbico...; sí, la experiencia de la lectura en otra lengua...; sí, la poesía en estado puro...; sí... pero no estoy seguro de que tantos días con Lowell como lectura principal y casi exclusiva hayan valido el esfuerzo.