31 de octubre de 2010

31 de octubre de 2010: "Carmen" y la sobredeterminación de los datos


Y empezó, por fin, la humilde temporada de ópera que el Liceo planifica a un alto precio para uno con la siempre gentil y grata Carmen de Bizet. Como el pplacer y la diversión fueron indiscutibles me gustaría detenerme en un detalle que ilustra, una vez más, un problema filosófico que es, al tiempo, artístico y político: vital, en fin.

Calixto Bieito es un escenógrafo por el que siento una profunda admiración a pesar de que ya me resulten "normales" sus provocaciones. Eso, en realidad, habla en favor de su capacidad para transgredir reflexivamente (o, históricamente, de la evolución en la aceptación de las "transgresiones"). De hecho, comentándolo durante el entreacto con un conocido -poco amante del trabajo de Bieito-, es indiscutible que ya poca gente se escandaliza con sus montajes y que su lenguaje se ha integrado, de alguna manera, en el panorama teatral dominante, lo cual no es poco.

Una muestra puede hallarse en el excelente Blog IN FERNEM LAND:

"Bieito, o mejor dicho, el Liceu nos jam hecho creer que la produccióin era nueva y no es cierto. Básicamente estamos viendo el mismo espectáculo que el que se vió en el Festival de Perelada, con algún que otro añadido, pero es igual. En cambio, yo no soy el mismo, he cambiado y he evolucionado, y ayer, todo y ver la representación utilizando la televisión del teatro, me pareció una representación de gran categoría y nivel.

Casi todo aquello que en 1999 me exasperó, ahora me ha parecido que tenía todo el sentido y me he creído y he seguido perfectamente la historia".

("Bieito o més ben dit, el Liceu ens han fet creure que la producció era nova i no és cert. Bàsicament estem veient el mateix espectacle que el que es va veure al Festival de Peralada, amb algun que altre afegitó, però és igual. En canvi, jo no sóc el mateix, he canviat i he evolucionat, i ahir, tot i veure la representació utilitzant la televisió del teatre, em va semblar una representació de gran categoria i nivell.

Quasi tot el que a l’any 1999 em va exasperar, ara m’ha semblat que tenia tot el sentit i m’he cregut i he seguit perfectament la història.")

Bieito aporta un notable sentido del humor a Carmen (excelente la idea de situar la trama inicial en el Cuerpo de Guardia de un destacamento de la Legión) aparte de una dramaturgia ágil y atractiva que, en un par de pasajes motivó la respuesta del habitualmente morigerado público del Liceu. El primero fue cuando, al inicio del segundo acto, se descubre la figura de un Toro de Osborne presidiendo el escenario. Algunos abucheos de espectadores que realizaron una lectura política -razonable en aquel momento al entender de uno- de la dramaturgia. El segundo se produjo cuando el Toro fue derribado. Supongo que el mismo sector de espectadores aplaudió fervorosamente. De nuevo parecería que se está ante una interpretación política legítima de un acto artístico. A uno también se lo pareció todo y encontrarlo gratuito.

El problema surgió cuando de camino a casa Rambla arriba le comenté a Esther que me había parecido eso, "gratuito", y que pensaba que Bieito era un autor más equilibrado y sutil con sus tomas de posición políticas en sus obras artísticas. Fue entonces cuando Esther me demostró el porqué de la caída del Toro con razones puramente técnicas, dramatúrgicas: para la construcción de la escena siguiente sin alterar el ritmo narrativo no había otra solución que derribarlo y desmontarlo en el suelo mientras la música seguía. Cualquier otra solución sin grúas u otros artilugios era poco viable o interrumpiría la transición. Así, derribo y desmontaje podían, es más, quizás debían, ser explicadas dramatúrgicamente. Sin embargo, una porción del público entendió una toma de posición manifiesta y política demasiado obvia y, en opinión de uno, incongruente con la dramaturgia de Bieito. Tan sólo sería consistente si, apurando, siguiéramos por el camino humorístico tanto en el caso de la irrupción del Toro como en el de su posterior derribo. Mas en este caso la legitimidad de la lectura política se vuelve superflua.

Un nuevo ejemplo de la sobredeterminación de los datos por nuestras teorías y, por lo que hace a uno, una nueva muestra que la sistemática lectura política de cualquier acto artístico puede ser, en ocasiones, desde un exceso a simplemente -y este creo que es el caso- un despropósito.

29 de octubre de 2010

29 de octubre de 2010: mi amigo Rais, Berkeley, Husserl y el sentido común (y III)


Así pues, y perdona Rais por la precipitación porque estas argumentaciones deberían ser mucho más cuidadas, pacientes y meticulosas, uno se limita a afirmar que puede no ser descabellado romper el vínculo entre lo ontológico y lo fáctico y que el horizonte, de momento insuperable, de la mediación lingüística no implica, necesariamente, ni una ontología débil ni un cierto relativismo epistemológico. ¿Que parecen ser razonables? Pues sí, pero eso es lo que nos dictan tanto el sentido común en este momento de la Historia de la Filosofía, como el sentido común en su sentido más genérico y aquí llegamos al meollo que proponía separar. Es desde la pura facticidad de las modestas "verdades de hecho", del escueto sentido común (siempre histórico y heredero de una tradición) de donde podemos proveer este criterio que sustentaría ambas elecciones.

Desde ese sentido común que acumula argumentos, corroboraciones, textos y una historicidad, puede afirmarse que hay una realidad exterior de algún tipo que, en algunas magnitudes, pueda ser tal vez lejanamente parecida a la que nuestros cerebros lingüísticos construyen y que es tan moderadamente cognoscible que, de acuerdo con las presuposiciones que la ciencia y la técnica utilizan, nos pueden permitir afirmar que sé, por ejemplo, que este post va a llegar hasta tu aparato sensorial y lo podrás replicar.

Si aceptamos la pertinencia de no dotar de más base a lo fáctico que la propia facticidad perdemos la universalidad en su rotundidad pero también el relativismo radical. Perdemos la ontología fuerte pero también el delirio de una imposible heterología (logos acerca de lo radicalmente otro) ¿Nos quedamos en tierra de nadie o en una especie de mesotés aristotélico? Bien, no es tan grave ¿Nos quedamos suspendidos en un fundamento abisal, pues no otra cosa es la temporalidad? Pues mejor que mejor ¿no es eso lo que afirmaba Heidegger? Y, con todo, desde el mimso momento en que conceptualizamos este desgarramiento estamos acatando, al tiempo, las exigencias metafísicas y las fácticas, el concepto y la metáfora, la identidad y la diferencia, y sus mixturas.

Ciñéndonos a la facticidad y desligándonos de la ontología trascendental quizás flanquearíamos la metafísica de la presencia y la aporética relativista al mismo tiempo. El problema -que da su propia solución- es que hemos de acudir entonces a un nivel diferente del ontológico-trascendental, mucho más ligero, trivial, modesto, ceñido a las "verdades de hecho" de las que hablaba Hume, sin tanta hermosa retórica, árido, débil metafóricamente, hasta simple a veces, que profese una universalidad de hecho que no de derecho y eso para un filósofo, profesional o no, es especialmente difícil.

28 de octubre de 2010

28 de octubre de 2010: mi amigo Rais, Berkeley, Husserl y el sentido común (II)





Pues bien, querido Rais, protesto cariñosamente. También podría ir uno más lejos que Sokal y postular una ontología más fuerte y afirmar una epistemología moderada o al revés. Tengo la firme convicción de que podemos y debemos tratarlos como órdenes distintos.

Así, el argumento de la verdad "fuerte" sobre los límites de la capacidad de salto de un Homo Sapiens es aceptable tanto en el marco de una ontología débil como en el de una fuerte.

Tan sólo sería inaceptable, y aquí viene el problema de la cita final de Berkeley, desde el solipsismo, el escepticismo radical o el relativismo absoluto y hay buenos motivos para desdeñarlos sin por ello entregarse, necesariamente, a ese mundo en el que "por fin podemos tocar las cosas y ser algo diferente de ellas y así poder vivir una realidad en la que nuestra vida no sea un sueño, ni un signo azaroso de una escritura sin autor".

Aunque, todo sea dicho, podríamos entregarnos a ese mundo -de hecho lo hacemos cada día a todas horas-, porque tocarlas las tocamos (y negarlo contradice el sentido común, la intersubjetividad, y sólo puede realizarse desde posiciones solipsistas, escépticas o absurdamente relativistas) y uno tiene la impresión de que somos algo diferente de esas otras cosas que hay en ese mundo aunque sólo sea porque la mediación lingüística ha sido "tematizada" por los humanos y no por los guijarros, las glicinas o los escorpiones.

De todas maneras, en aras a la moderación y al consenso uno no se va entregar así como así a ese mundo de cosas allende los signos.

Mas, también contra la afirmación de Berkeley cabría oponer la de Husserl: "Toda conciencia es conciencia de algo". Si afuera no hubiera nada más que lo percibido, incluso en su sentido más amplio, apañados iríamos.

Primero, porque hay construcciones imperceptibles (el universo, la clase social, el cuerpo como unidad, nuestra misma mente...). Segundo, porque, llevado al último extremo, es la base del solipsismo y éste, en cuanto tal, es aporético. Esta misma conversación interbloggera debería rebatirlo y, sin embargo, jamás lo podrá hacer con lo cual nos priva de una base para algo que, efectivamente está sucediendo gracias a la mediación lingüística: que estamos debatiendo. Y tercero, porque el vínculo entre ser y percepción es, en sí mismo, tan indemostrable como lo era la existencia del mundo para el obispo.

Para entendernos. "Ser es ser percibido" tiene el mismo rango ontológico que la afirmación "ser es ser verde". En ambos casos se precisa un tertium que aseguraría la validez de la relación. Dios en el caso de Berkeley. Uno mismo en el caso de "lo verde". No es necesario seguir. Las aporéticas del solipsismo, del escepticismo radical y del relativismo absoluto creo que pueden dejarse de lado a estas alturas de la tradición filosófica. De hecho las tesis de Berkeley hace muchos años que no son, prácticamente, objeto de debate en la Historia de la Filosofía.

27 de octubre de 2010

27 de octubre de 2010: mi amigo Rais, Berkeley, Husserl y el sentido común (I)


Mi amigo Rais, uno de esos pocos auténticos amigos susceptibles de ser contados con los dedos de una mano que la mayoría tenemos, contesta mis posts sobre su lectura de Sokal y, substancialmente, a pesar de nuestra distinta valoración de los textos del francés, parecemos aproximarnos por lo que hace a las posibles vías de salida de las aporías del relativismo y la burbuja lingüística.

La distinción entre el nivel ontológico-trascendental y el fáctico-contingente y la necesidad de liberarse de esa trampa de la metafísica de la presencia que postula la correspondencia entre ambos órdenes y la fundamentación del segundo en el primero parecen condiciones sine qua non para salir de ese opresivo horizonte filosófico de momento difícilmente superable en el plano ontológico-trascendental.

No obstante, la proximidad en términos estratégicos que proporciona esta distinición parece quedar en entredicho cuando uno entiende que se le podría adjudicar una posición cercana a una "ontologia débil". Supongo que no me he explicado bien. La "ontología débil" es la que uno lee en Sokal.

Lo que intentaba decir es que aceptarla no implica ninguna epistemología moderada en el ámbito fáctico pues, repito, hay verdades "fuertes", casi uno estaría tentado de decir "universales", por lo que hace al género humano por muy débil, casi evanescente que sea la ontología que postulemos (casi una ontología de formas y estructuras o de condiciones "objetuales").

En concreto, por muy lingüísticamente mediados que estemos, ningún ser humano con el solo impulso de sus piernas es capaz de salvar la distancia entre la Tierra y la Luna de un solo salto y no parece exagerado suponer que eso será así siempre para la especie de los Homo sapiens. Y esta verdad "fuerte" debería poder ser enunciada como "universal" sin sonrojo pese a que nuestras descripciones ontológicas no pasen de vagas afirmaciones acerca de una realidad exterior mediada lingüśticamente ("los límites del mundo son los límites del lenguaje") y nuestras descripciones objetuales se limiten a una serie de protocolos acerca de sus condiciones de enunciación ("el objeto 'x' es postulado como empíricamente existente y dotado de ciertos atributos desde una trama de enunciados en un específico momento 'y' de la historia y respecto a una determinada configuración 'z' de nuestro aparato perceptivo" limitándonos a las tres variables más socorridas).

Insisto, entre lo fáctico y contingente (óntico como lo llamaría Heidegger) y lo ontológico no tiene por qué haber ninguna relación fundamentadora. Incluso ninguna conexión. Presumirla es un presupuesto de la metafísica de la presencia que afirma que el ser de cada ente está en él de alguna manera y que sus condiciones se dan en todos y cada uno de ellos. Y eso puede y debe discutirse y distinguirse.

Por eso, cuando Rais afirma que "según la ontología débil, nos podemos liberar de la perversa jaula del lenguaje, por fin podemos tocar las cosas y ser algo diferente de ellas y así poder vivir una realidad en la que nuestra vida no sea un sueño, ni un signo azaroso de una escritura sin autor y cuya gramática no conocemos. Sin embargo, el lenguaje se rie de lo que pensamos porque es un juego de lenguaje, un juego malvado: con Berkeley,'esse est percipi'." debo, cariñosamente, protestar.

26 de octubre de 2010

26 de octubre de 2010: sale a la venta la novela de mi hermano



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Pablo Sánchez




Pues ya está. Hoy sale a la venta la novela de mi hermano. Viniendo de alguien que casi no lee novela contemporánea y que, además, es familiar muy cercano, la recomendación suena francamente desdeñable. Lo reconozco. Sólo puedo aducir en mi defensa que, en tiempos, devoré bastante literatura actual en castellano y que la obra de mi hermano no desmerece, en absoluto, a las dos o tres que mi canon subjetivo retiene (Mendoza, Gopegui y Chirbes). "Palabrita del Niño Jesús".

25 de octubre de 2010

25 de octubre de 2010: el "cuestionario Proust"


Mª Jesús Silva, ("Ada") ha tenido la gentileza de brindarme la oportunidad de responder al "Cuestionario Proust" en su Blog y no puedo por menos que estarle agradecido. La "vanidad literaria" de uno, forma perversa de su vanidad, siempre ha deseado que le plantearan esas preguntas, como me temo que les pasa a la mayoría de los que ofician o creen oficiar de "escritores" o "escritorzuelos". Afortunadamente, gracias a Mª Jesús y al paso de los años, ya "se me ha quitado un poco el hipo". Con un poco de suerte algún día podré callarme tranquilamente. Gracias, Mª Jesús.

24 de octubre de 2010

24 de octubre de 2010: Vocabulario del "mester de progresía" como lo denominan los del "mester de clerecía"



Del 25 al 28 de octubre de 2010 tendrá lugar la 1a. semana de la Responsabilidad Social en Catalunya, un happening en el que la crema de la progresía catalana podrá mirarse el ombligo una vez más desde la autocomplacencia más absoluta. Punta de lanza de la versión más light del proyecto de la izquierda realmente existente, la abundancia de instituciones y empresas que participan en los actos ya debería alertar a cualquiera de que se trata, simplemente, de un nuevo negocio: el de la solidaridad. Con todo, lo más interesante para uno es el cartel promocional en el que se recoge buena parte del vocabulario del "mester de progresía" dominante dándonos una buena idea de hacia dónde va la izquierda realmente existente de este país.

Fijémonos en la definición, casi pornográfica, de la Responsabilidad Social que hacen los organizadores del evento:

"La Responsabilidad Social es un modelo innovador de gestión de las empresas y organizaciones basado en criterios responsables en los ámbitos económico, social y ambiental, que se orienta a incrementar su competitividad y fomentar su desarrollo sostenible, a la vez que contribuye a construir una sociedad mejor" (www.setmanarse.cat/rse-dilluns-25.php)

"Sostenibilidad, diversidad, transparencia, voluntariado, calidad de vida, derechos humanos, rendición de cuentas, conciliación, innovación, ética, valores, equidad, comunidad, igualdad, cooperación...". Henos aquí el vocabulario casi completo de lo que Žižek denomina "comunismo liberal" y que abarca eso que algunos, menos sofisticadamente, llamamos "progresía". Ese discurso que atraviesa en la actualidad la mayor parte del pensamiento y la práctica de la izquierda realmente existente. De transformación social o repartición de la riqueza (o, si se prefiere, justicia social o reequilibrio de la riqueza) ni una palabra. Entorno, naturaleza, derechos civiles, minorías, diversidad y empresas. Ahí está la izquierda hoy día, muy lejos de donde debería estar...

23 de octubre de 2010

23 de octubre de 2010: Presentación del número 3 de "Al otro lado del Espejo"


Hace unos días recibí un correo de mi querido Esteban ("Baco") anunciándome la presentación del número 3 de la revista Al otro lado del Espejo en Madrid, donde colabora un servidor con el relato en castellano y catalán "La arenga de Aragorn... y la de Jordan) el martes 26 de octubre a las 20:00 horas en la Libería "3 rosas amarillas". Cuenta que el ejemplar digital ha tenido más de 30,000 descargas, lo cual es una muy buena noticia. Un saludo a todos desde aquí y que disfrutéis con las cervecitas y el vino. Yo me pienso servir esta noche una copa a vuestra salud.

21 de octubre de 2010

21 de octubre de 2010: Presentación de "Alfabeto de Cicatrices" de Ana Pérez Cañamares


Ana Pérez Cañamares, de quien sigo habitualmente su Blog "El alma disponible", presenta pasado mañana en Madrid, en el Entrelíneas Librebar de Madrid (C/Gonzalo de Córdoba nº3) su poemario Alfabeto de cicatrices del cual he podido leer, gracias a la Comunidad, algunos poemas sueltos puesto que a las librerías que frecuento por aquí no llega Baile del Sol.

Mientras espero la oportunidad de hacerme con un ejemplar recuerdo que, en algunos encendidos debates sobre la piratería, la gratuidad, los derechos de autor, la propiedad intelectual y bla, bla, bla, bla, hay una constatación que siempre se acostumbra a dejar en un segundo plano: si un texto o un disco o una película nos apasiona lo compramos siempre que podemos, esté o no en la Red gracias a la Comunidad.

Por contra, la Comunidad nos permite acceder a materiales que, a veces, como pasa con según qué distribuciones de algunas editoriales -caso Baile del Sol- no son todo lo potentes que deberían ser, por ejemplo. Y, en otras ocasiones nos permite separar el grano de la paja y no malgastar nuestro dinero en productos culturales de los cuales en realidad sólo se salvaríamos algunos fragmentos. ¡La de discos, libros y películas que uno tiene almacenadas en cajas en el sótano porque no existía la Comunidad!

Lo dicho. Gracias a la Comunidad pienso hacerme con un ejemplar de este libro como pueda. Sin ella, no habría sabido ni de su existencia. Y, ya que estamos, gracias a ella el precio de la música contemporánea bajó y también gracias a ella disponemos de una enorme cantidad de software libre que nos permite emanciparnos de la tutela de Microsoft y otras grandes corporaciones y ahorrar un dinero que nos cuesta mucho ganar a cambio de nuestra fuerza de trabajo.

20 de octubre de 2010

20 de octubre de 2010: Crónica intempestiva de un viaje (XII). Deustche Bahn.


28 de julio de 2010. Segunda parte.

"La Deustche Bahn AG, la empresa pública de ferrocarriles alemana, tiene en la estación central una oficina que nos pareció lo suficientemente grande como para comprar billetes sin padecer los inconvenientes de la barrera idiomática. Y es que cuando uno viaja buscando minimizar los riesgos no se puede permitir equivocarse por no encontrar a nadie con quien chapurrear algo de inglés internacional o un mínimo alemán-cheyenne.

Tras una breve cola en el aséptico establecimiento nos atendió una amable señora que me hizo olvidar el curso de mis reflexiones durante la espera. A saber: la Deutsche Bahn AG es la heredera de la empresa nacional de ferrocarriles sobre la que pivotó gran parte de la logística del genocidio nazi y que, además, fue una de las empresas más beneficiadas por la dinámica asesina.

Las negociaciones entre las SS y la empresa de ferrocarriles (Reichsbahn) por el precio que habían de pagar por judío transportado o las reuniones en las que directivos o técnicos de ferrocarriles establecían los órdenes de prioridad de salidas y llegadas e itinerarios de los trenes con destino a los campos de exterminio siempre han tenido un papel secundario en la descripción de la trama de la aniquilación de los judíos europeos. Mas sin su concurso ésta jamás hubiera podido llevarse a cabo a la escala en que tuvo lugar.

Huelga añadir que su prosperidad durante la guerra y su capacidad para rehacer el tejido ferroviario en la postguerra le da la impresión a uno de que debe mucho a este papel. Una vez acabada la guerra la mayoría de los directivos de la empresa se limitaron a sufrir algunos procesos de desnazificación sin penas excesivas y ninguno fue encausado por crímenes contra la humanidad. No fue hasta una fecha tan tardía como 1973 que por ejemplo Albert Ganzenmüller, especialista en transportes de la Reichsbahn y uno de los cerebros de las operaciones de deportación ferroviaria, fue incriminado y se le incoó proceso que, finalmente, debido a su "mala salud" fue sobreseído.

En esas cábalas estaba cuando la gentil señora me informó de los trenes que la Deutsche Bahn ponía a nuestra disposición para viajar hasta Breslau (Wroclaw). Si cogíamos ida y vuelta en primera nos salía más económico y, temiéndonos cómo podían ser los trenes hacia Polonia -habíamos visto el día anterior pasar el Warszawa Express que parecía un vulgar borreguero de los que aun unen Catalunya y Andalucía- resolvimos seguir su consejo. El único problema: cinco horas a la ida y cinco y media para volver entre Berlin y la antigua ciudad Silesia. El origen de esta decisión: la negativa de la mayoría de las empresas de alquiler de coches a alquilarnos uno para pasar a Polonia. Tan sólo Hertz nos lo alquilaba siempre y cuando no fuera de marca alemana y bajo la ostensible advertencia del elevado riesgo de robo que corríamos. Una llamada a nuestro amigo Wolfgang bastó para confirmar, chiste mediante, la suerte de los coches de alquiler alemanes en Polonia según, por supuesto, la percepción alemana: "¿Qué deporte practica un alemán en una piscina polaca? El triathlon. Va en coche, nada y vuelve andando".

Fuera o no exagerado, o verosímil, lo cierto es que la perspectiva de tener que viajar por Polonia, donde además sólo hay una autovía, la que une Breslau con Cracovia vía Katowice, con mil ojos y una espada de Damocles no es lo que una familia viajera preocupada por atenuar los riesgos puede permitirse. Así pues, tuvimos que confiar nuestra suerte a la Deustche Bahn y sus prácticas tradicionales ("Si pierde usted el billete tendrá que comprar uno nuevo" -me espetó la amable vendedora haciendo oídos sordos a mis argumentaciones acerca del carácter electrónico del grcode del billete o de la posibilidad de reconstruir el camino de compra mediante el uso de la VISA) y en vez de viajar hasta Breslau obsesionados por el posible robo del coche en cualquier área de servicio o pueblo dónde paráramos, viajar hasta Breslau obsesionados con la posible pérdida o substracción de los aparatosos billetes de tren. El caso era, estaba claro, tener siempre un motivo para la desazón..."

Ya en Barcelona, consulto la extraordinaria obra de Raoul Hilberg La destrucción de los judíos europeos, probablemente el mejor estudio sobre el genocidio nazi, y certifico con este par de citas mis cavilaciones sobre la Reichsbahn y el Holocausto.

"A pesar de que a los judíos los transportaron en vagones de carga, los especialistas financieros del Reichsbahn los incribían como pasajeros. En principio, se aceptaba mediante pago a cualquier grupo de viajeros. La tarifa básica era la de tercera clase: 4 pfenning por kilómetro de vía. Los niños menores de diez años se transportaban a mitad de precio; los menores de cuatro años viajaban gratis... El transporte se facturaba al organismo que lo solicitaba. En el caso de los trenes para transportar judíos, ese organismo era la RSHA" (p450).

"El despacho de un transporte particular constituías tema de negocación entre la RSHA y el Reichsbahn varias semanas antes de su partida. Además, había que realizar acuerdos locales para conseguir los vagones y para la carga... Como repetidamente aclararon las directrices de la RSHA, había que utilizar al completo los trenes disponibles, y sus horarios eran inalterables y vinculantes". (p507-508).

La RSHA era la Oficina Central de Seguridad de la que dependían las diferentes policías y la Gestapo y que era, al mismo tiempo, una de las Direcciones Generales de las SS.

19 de octubre de 2010

19 de octubre de 2010: Crónica intempestiva de un viaje (XI). Botanischer Garten.


28 de julio de 2010. Primera parte.

"Como si el frenazo de una mañana dedicada al descanso y una tarde de vulgares paseantes o, si se quiere inducir la producción de una imagen de sofisticación, de flâneurs, nos hubiera convertido en unos berlineses cualesquiera hicimos un brusco cambio de planes e introducimos en lugar de la visita al Memorial del Ejército Rojo del Tiergarten (el Sowjetisches Ehrenmal) y al dedicado a los judíos asesinados en Europa (Denkmal für die ermordeten Juden Europas) una visita al Botanischer Garten por la mañana para poder dedicar la tarde a los trámites del viaje a Polonia. De paso, el cambio nos permitía parar el ritmo de gasto que, con la cara comida en el restaurante del Pergamon, se había ido ido de madre.

Tomamos la línea del S-Bahn que enlaza Oranienburg (donde hubo un famoso campo de concentración) y Wannsee (donde tuvo lugar la famosa conferencia en la que se acordaron los protocolos de actuación interministeriales para la consecución de la Endlösung -la solución definitiva, final, general o total, como quiera traducirse- al "problema" judío) hasta el barrio de Steglitz. Bajamos en la parada del Jardín y caminamos unos trescientos metros por una zona acomodada de bonitas casas con pequeños jardines y poco tráfico. Una de las casas que vimos al pasar recordaba su ilustre propietario o inquilino: el conde Yorck von Warttemburg, primo de Claus von Stauffenberg. Como él, estuvo implicado en el golpe del 20 de julio pero s tras el fracaso de la tentativai Stauffenberg pudo suicidarse, su primo no tuvo tanta "suerte" y fue ejecutado en agosto de 1944.

Hayas, robles y sauces centenarios, un fresno espectacular, anciano y frondoso, y un agradable rincón de helechos en uno de los invernaderos nos parecieron lo más destacable de un jardín que parece proclamar la validez del tópico de la obsesión taxonómica teutona. Agrupados por secciones geográficas variopintas (Cáucaso, Anatolia del Norte...) y con islas familiares (sauces, cedros, pinos, hayas...) reglamentadas y rodeadas por caminos asfaltados para evitar el cruce libre y el paseo anárquico, el fruto de este encauzamiento de la visita es el deterioro de la relación entre humanos y ardillas. Mientras que en los jardines y parques de Edimburgo, incluyendo el Botanic Garden, las ardillas jugueteaban despreocupadas a nuestro alredededor, apenas se inmutaban ante nuestra presencia e incluso aceptaban nuestra comida de buen grado -con lo que ello puede tener de nocivo, no hay que ser ingenuos-, aquí huían al menor gesto de aproximación. Es evidente que en el diseño del parque algo falla si la relación entre hombres y ardillas se resiente de esta manera.

Tras comer unos sandwiches en la única zona de hierba habilitada para picnic, al lado de los invernaderos y el restaurante, el bochorno berlinés dió paso, por fin, a una ligera lluvia que con el paso de las horas se haría más recia y persistente y nos permitiría sobrelllevar las caminatas por la ciudad con más ánimo los siguientes días gracias a la bajada de la temperatura a sus niveles habituales. Por de pronto, recogimos y nos fuimos a la famosa Hauptbahnhof a tomar los billetes de tren para Polonia".

Ya en Barcelona, leo en la Wikipedia que la Hauptbahnhof es una de las estaciones más grandes de Europa de su clase (los alemanes tienen varias de ellas), que fue diseñada por Meinhard von Gerkan y que, al parecer, tan sólo está operativa desde 2006.

18 de octubre de 2010

18 de octubre de 2010: el exterior es el interior


"¿Y el acero?" me preguntan. "Hablabas de la luz, del cielo y del acero. ¿Ya se han acabado las obras? ¿Ya han quitado la grúa?". Pues no. Ahí está. Reluciente a la luz de otoño. Es sólo que también está dentro de mí: el acero ha entrado en mi mente y mi cuerpo y ahora soy una parte de él. Mi exterior es mi interior. El afuera es el adentro: trabajo muchas horas.

17 de octubre de 2010

17 de octubre de 2010: ... y también Eduardo Mendoza


Y otra de premios más. Mendoza gana el Planeta y, de nuevo, siempre que el Premio no se lo dan a uno o a uno de los nuestros comienzan los "peros"... En este caso no por el autor cuya novela La ciudad de los prodigios es una de las más extraordinarias, en mi modesta opinión, de las últimas décadas al igual que La verdad sobre el caso Savolta, sino por la dificultad de comprender cómo se puede presentar a un premio que, en el horizonte de los marginados en el campo literario, es decir, en el de los que nunca lo podrán ganar, simboliza con más fuerza que ningún otro la total sumisión del arte al poder económico. Vale decir, en su descargo y en el del Premio, que el Planeta simplemente expresa de una manera desnuda lo que decenas de otros premios, así como editores que premian, editores sin premios, críticos y autores con o sin premios, expresan de manera más velada: que la literatura es, también, un negocio, un gran negocio para algunos que viven o esperan vivir de él.

La luz de octubre nos provee de un cielo alto y lejano. Las hojas amarillentas de la glicina empiezan a caer. Que le aprovechen, a Eduardo Mendoza, los seiscientos mil euros. No sé si su obra, ni él, los merecen o no y me da igual. Es un gran escritor y el premio Planeta sigue siendo, a mi juicio, un premio detestable por lo que simboliza. lo cual no exime a los demás participantes "progresistas", "independientes", "subversivos", "malditos" o "marginales", de sus responsabilidades como jugadores en esa partida que domina Planeta.

16 de octubre de 2010

16 de octubre de 2010: Vargas Llosa y Cercas


Los curiosos vaivenes del campo literario han hecho que el otrora denigrado y menospreciado Vargas Llosa sea ahora reconocido, a raíz del Nobel, como el gran novelista de la segunda mitad del siglo XX en castellano. Incluso algunos ya lo elevan por encima de García Márquez. Por otra parte, Javier Cercas recibe el Nacional de Narrativa, vende ferozmente y reafirma su condición, también ahora reconocida, de novelista de moda. Ninguno de los dos, injustamente, lo reconozco, el peruano, más fundamentadamente el extremeño, son santos de mi devoción. El tiempo dirá si cualquiera de ellos no repite otros casos de escritores que fueron tan reconocidos en su momento como olvidados hoy día: Sienkiewicz, Echegaray, Lindgren, Pearl S. Buck, etc. Todo es cuestión de tiempo y de correlaciones de fuerzas en el campo literario.

15 de octubre de 2010

15 de octubre de 2010: "El viento de la Gehena" de José Antonio Martínez Muñoz


Estos últimos días he pasado excelentes ratos con El viento de la Gehena (Bartleby, 2005) de José Antonio Martínez Muñoz, un poemario que reafirma la opinión de que si de algo puede presumir este país (cualquier país en realidad) es de buenos poetas. Ya no me extenderé más con los elogios que uno acaba repitiendo en tantos textos que le impresionan, con los que disfruta o que, simplemente, le interesan. Simplemente: otro excelente conjunto de poemas que pasó bastante desapercibido como suele ser habitual.

Dejo aquí, aparte de una cita ("tengo en los huesos los años que otros huesos no / cumplieron"), este espléndido poema:

"TOUJOURS RECOMMENCER

1

oculta el mar
un naufragio en cada ola y

vuelve a empezar


2

y si el río no remonta hasta la fuente y
da en morir en la mar

si la ola ida no retorna a la roca
si sus rostros se olvidan

si caída la manzana
no vuelve a su rama es
por tu poca paciencia
para ver y porque tu vida es corta -o

porque el silencio crece (

o crece la muerte y crece la nada)-

3

(crecen las olas
hasta la estatura ex-
acta del náufrago)

(lectura de Paul Valéry con Luis Rosales)"

13 de octubre de 2010

13 de octubre de 2010: Crónica intempestiva de un viaje (X). El Reloj Mundial de Alexanderplatz



27 de julio de 2010. Segunda parte.

"Uno de estos aparentemente insignificantes indicios de la cercanía de Hesse al circuito de la producción literaria aparece en el artículo "Sobre una exposición de tipografía moderna" (1901) recogido en el volumen. Llama la atención una cierta discordancia de esta pieza respecto a las demás recogidas, mas el detalle relevante en cuanto a disonancia es la glosa de discutible pertinencia del editor Eugen Diederichs, ya convertido en un "admirador" o "seguidor" -según algunas fuentes secundaria- de la obra de Hesse por esos años.

Según Hesse, Diederichs, que es el único editor citado en cuanto tal -y su editorial también la única de la que habla-, posee "no sólo... buen gusto, sino un conocimiento, adquirido en un estudio continuo y apasionado, de los impresos y xilografías de los mejores talleres de las pasadas centurias. Nos consta (sic) que el tipo y el papel de cada nueva obra es objeto de una larga y seria ponderación por parte del editor" (p14). La alabanza no es, además, gratuita. Una lectura atente del artículo muestra que, en realidad, puede ser leído sin problemas como un pretexto para hablar de la editorial Diederichs y, por ende, de su patrón. Si los párrafos dedicados a la editorial los tomamos como el núcleo del texto es fácil observar cómo los demás elementos se adecúan perfectamente como ornamentos propedéuticos para jusificar la loa: una práctica común a muchos escritores y poetas actuales -y de siempre- para con sus editores, mecenas, protectores o amigos influyentes.

Un último rastro que aporta la biobibliografía mínima de la edición de bolsillo: en 1971 la editorial Diederichs publica en edición privada Hermann Hesse - Helene Voigt Diederichs, un compendio de la correspondencia mantenida por ambos entre 1897 y 1900 que sugiere tanto la existencia de un estrecho vínculo entre la familia editora y Hesse como la persistencia de ese vínculo a lo largo de la vida de éste e incluso ya fallecido.

Un auténtico extraño en el circuito de la producción cultural, un verdadero "lobo estepario", no fue Hermann Hesse. Desde joven estuvo cerca de nodos que le facilitaron su ingreso en el club de los productores culturales. Seguramente, como diría Bourdieu, vivió en los márgenes del reconocimiento del campo literario en sus primeros años pero nunca fue un otro absoluto que irrumpiera desde un exterior puro y salvaje en el. No hay participación posible en el campo de los productores culturales sin estar, de alguna manera, en él. Y cuanto más próximo se encuentre el sujeto a algún nodo de gestión, distribución, producción o recepción de productos culturales, más posibilidades tiene de que sus producciones culturales, sus acciones en este dominio, acaben siendo reconocidos y recompensados simbólica y económicamente.

Cada vez voy viendo más claro que el campo literario, tan aparentemente autónomo respecto al económico o al del poder, raramente acepta la irrupción de sujetos que no pertenezcan o estén en relación con el grupo social (o "clase" social) que lo conforma y que crea, mantiene y modifica sus reglas de funcionamiento. Los "lobos esteparios" están en la estepa y los proletarios, asalariados, trabajadores y explotados también están donde les toca: fuera del recinto. Todos los que están viviendo en o del campo literario en cualquiera de sus modalidades no pueden ser considerados, si no se quiere caer en la más pura desfachatez, como ajenos a él, como marginados reales. Los verdaderos marginados no tienen voces ni mucho menos portavoces en él.

Concluida la pretendida reflexión en la cama antes de comer, a primera hora de la tarde paseamos por la Alexanderplatz y sus alrededores. En mi memoria reposaba la imagen del párrafo de Berlin Alexanderplatz de Döblin reproducido en un gigantesco edificio, el Reloj Mundial y una estatua de Marx y Engels.

De ésta no vimos ni rastro pero sí nos detuvimos un rato ante el anticuado (o retro según se mire) reloj mundial. Y permanecimos allí un tanto perplejos, nosotros que vivimos ahora la falsa pugna entre el localismo y la globalización -igualmente unilaterales e inhumanos ambos-, por la dimensión "planetaria" del objeto: una dimensión perdida en la actualidad y que quizás debería ser retomada en algún punto para reordenar nuestras vacilantes "cartografías" del mundo como llamamos ahora a la trama de nuestras representaciones del entorno.

Y, por supuesto, vimos aunque no con el detenimiento que hubiera querido, la parte delantera de la plaza a la que da el edificio estaba totalmente lavantada y salpicada de grúas, camiones y parapetos diversos, la Haus der Elektroindustrie donde aun se conservan, en buen estado, la mayoría de las letras del párrafo de la obra de Döblin que creí erróneamente, ¡qué tristes son los arquetipos del imaginario de uno!, fueron pintadas entre las ventanas en la época socialista cuando en realidad lo fueron !en 2001¡ Y pensar que uno siempre imaginó al represivo Berlin socialista como una ciudad dedicada al arte y la cultura frente al consumista y mercantilista Berlin Occidental... Nada es como uno se lo representa en la memoria de su imaginación..."

12 de octubre de 2010

12 de octubre de 2010: Crónica intempestiva de un viaje (IX). Mañana de descanso en Prenzlauer Berg


27 de julio de 2010. Primera parte.

"Llegamos tarde al apartamento que habíamos dejado con las ventanas cerradas -pues parecía amenazar lluvia cuando nos levantamos- y que, consecuentemente, atesoraba el calor de un intenso día de verano casi mediterráneo que había caído finalmente sobre la ciudad. Como resultaba difícil conciliar el sueño resolvimos levantarnos tarde al día siguiente y dedicar el día a reposar un poco y por la tarde a vagabundear por Alexanderplatz y alrededores.

A media mañana, tras desayunar bollería con una fuerte mantequilla nativa me dediqué a seguir leyendo a Hesse y a anotar algunas reflexiones.

Siempre me representé a Hesse como un "lobo estepario" creyéndome su propia autocomprensión. Me parecía un típico resultado de la autonomía del campo literario en su sentido más profundo: alguien desligado absolutamente del "mundo literario" había publicado sus textos gracias al valor intrínseco de sus obras sin mediar el juego de intereses, contactos, posiciones y relaciones múltiples extraliterarias que acostumbra a presidir los movimientos en el campo literario. Un escritor solitario e independiente alcanza la inclusión en el circuito de la comunicación literaria y progresa hasta una posición privilegiada por el reconocimiento de sus pares y del público. Así veía las cosas tras leer casi treinta años atrás Pequeñas alegrías, la mayor parte de su obra y alguna monografía que ahora no recuerdo.

Mas el tiempo es lo que tiene, que nada deja en su lugar. Pese a que en 1909 Hesse se consideraba excluido del espacio cultural de la comunicación literaria, del espacio de los ociosos, de los productores culturales con suficiente capital simbólico como para generar el capital económico necesario para vivir sin otros trabajos, y se ve a sí mismo como un asalariado más, lo cierto es que la biobibliografía que cierra la traducción castellana aporta unos indicios que en su día no vi y que ahora le pueden resultar a uno altamente reveladores. Me temo que si Hesse se queja de su marginación es porque todavía no es un productor cultural de peso mas en absoluto se trata de un individuo ajeno al espacio cultural que pugna por entrar en él desde el mimso exterior en el que estaría, por ejemplo, el hijo de un siderúrgico que trabajara de carpintero y escribiera novelas en sus ratos libres que nadie publica.

Vamos con las pistas. Hijo de misioneros era todo lo que sabía de sus padres. Mas su padre fue director de la editorial Calwer Verlagsverein, especializada en textos teológicos y y libros escolares. Por tanto, no era tan ajeno al circuito de la producción cultural, al menos por familia, como podría parecer. Con 18 años trabajó como aprendiz de librero -al parecer mediante los contactos (la "malla de relaciones") de su padre- y como ayudante de librería entre 1895 y 1903. Así, entre los 18 y 26 años trabajó en el circuito aunque sólo fuera en su vertiente de distribución de productos. El "lobo estepario" no vendía su fuerza de trabajo en una lejana granja en las estepas acarreando agua del pozo o cultivando tomates y rábanos.

No obstante, uno puede figurar en el circuito cultural y no llegar a participar en él: un simple vendedor de libros -como algunos editores, todos ellos, eso sí, investidos de algún "carisma" literario por "sus" autores- o un comercial de una distribuidora o un contable, o un tipógrafo pueden no querer saber nada del sistema cultural, o literario para ser más específicos. Pueden moverse en una esfera casi absolutamente exterior a la producción y a la recepción literaria limitándose a contribuir a su reproducción de forma mecánica y automática. Mas no es este el caso de Hesse. El sistema de deudas e intercambios, de dones y dádivas simbólicos, no monetarios, que se dan en muchos subsistemas de la vida social pero que tienen especial relevancia en el sistema cultural, emancipado -autónomo- del sistema económico o del político desde mediados del siglo XIX (como demuestra Bourdieu), deja algún rastro incluso en una sumario biobibliografía de Hesse y muestra que su exterioridad no era tal."

10 de octubre de 2010

10 de octubre de 2010: a vueltas con Sokal y el relativismo (II)


Y es que, como también apunta en cierto modo el propio Rais, el problema es, como casi siempre en Filosofía, un problema de distinciones, de matices. No es incompatible un "cierto" relativismo ontológico o, mejor dicho, una moderación de cualquier ontología fuerte con un rechazo frontal al relativismo epistemológico: no estamos condenados a permanecer en la burbuja de la mediación lingüística como horizonte insuperable. Si no distinguimos adecuadamente los niveles podemos quedar cautivos de un lingüisticismo extremo que nos llevaría de cabeza al relativismo más absoluto e ingenuo.

La investigación de Derrida sobre las condiciones de posibilidad de la metafísica de la presencia, de la ontología clásica occidental, funcionan a un nivel metafísico, no físico: estamos hablando de dos planos absolutamente diferentes. Metafísicamente, la ausencia impregna la presencia, la mediación suplanta lo inmediato, el ser funciona como el signo, el mundo como texto, etc. En el nivel empírico no hay ausencia en el muro contra el que choco mi cabeza: no quedará una parte vacía que hará que el impacto sea menor puesto que los cuerpos físicos son sólidos y empíricamente presentes al menos en las magnitudes en que nos afectan o que captamos mediante nuestro aparato sensorial. Los principios metafísicos derrideanos no se pueden trasladar automáticamente al plano empírico y la lingüisticidad general o la retoricidad general no impiden que haya "cosas" percibidas extra-lingüísticamente o conceptos en textos que funcionan como tales y no son meras metáforas, como por ejemplo el concepto "metáfora" que no es una metáfora sino un concepto...

Asimismo, meta-físicamente, el anudamiento de la negación en el ser, el tejido textual de los entes, puyede conducir a una epistemología moderada pero no al relativismo (y Derrida se cuida mucho de negar la posibilidad de la verdad ni mucho menos la realidad del mundo exterior ni siquiera que éste exista sólo en tanto que lingüísticamente mediado) ni siquiera al escepticismo. Con todo, repito, ese nivel no tiene nada que ver con el de la vida en el mundo empírico humano. En este no necesitamos una epistemología necesariamente moderada pues podemos afirmar sin problemas no sólo verdades matemáticas universales sino también verdades físicas ("ningún ser humano puede saltar con el solo impulso de sus piernas cuatro cientos cincuenta mil kilómteros de alto") o sociales ("los textos no tienen una única interpretación").

Resumiendo, de la misma manera que en física se distingue entre la magnitud macro, la banda media y la magnitud micro y se tiene claro, de momento, que no rigen las mismas leyes para los tres dominios, filosóficamente podemos distinguir, como mínimo, entre el plano metafísico y el empírico y los principios de ambos dominios no tienen porqué coincidir aunque sería interesante que fueran consistentes siempre y cuando creamos que debe haber alguna relación -lo cual no está del todo claro- entre lo necesario y lo contingente, lo absoluto y lo relativo, lo ideal y lo empírico.

De modo que no estamos condenados por la insuperabilidad metafísica de la mediación lingüística al relativismo y la inacción empírica. Asimismo, tal vez podamos, y debamos, acabar con el vicio filosófico (y más presencialista que esto no hay nada) de suponer, siempre, la presencia del fundamento ideal como condición de lo empírico y su necesaria relación íntima de modo que lo dicho metafísicamente tenga su correlato empírico cuando se trata de dos órdenes diferentes entre los cuales habría que ver si ha de haber alguna conexión.

No sucede nada anormal por separar ambos dominios o por no ser capaz de apoyar las tomas de posición contingentes y empíricas en algo ideal, metafísico: podemos y debemos distinguir ambos niveles y, al hacerlo, de hecho estamos dando cumplimiento a la crítica acertada que Heidegger y Derrida dirigieron al pensamiento hegemónico en la tradición Occidental. El fundamento abismal no es sino otra manera de decir que lo contingente no puede ser saturado por lo metafísico ni a la inversa. Entre los entes y el ser pudiera no haber ninguna relación en absoluto...

8 de octubre de 2010

8 de octubre de 2010: a vueltas con Sokal y el relativismo (I)


Hace pocos días Rais Busom, en su Blog, abordaba l'affaire o hoax Sokal del cual uno se hizo eco hace unos meses y le provocó alguna amarga reflexión. Rais como buen lector dotado de agudeza y con una sólida formación filosófica realiza una serie de observaciones muy atinadas acerca de las críticas de Sokal al relativismo:

"El problema es que no veo en Sokal, crítica alguna al núcleo duro de los filósofos llamados postestructuralistas como Foucalt o Derrida, sólo se encuentran críticas detalladas y razonables a intelectuales como Lacan, Deleuze, Kristeva, etc.. Otra cosa es la actitud de los filósofos antes las críticas. Nunca he visto a un filósofo reconocer una crítica con humildad, más bien el lenguaje se estira practicando el escapismo más denigrante. Sokal no critica a los dos autores mencionados de manera sistemática si no sólo en el saco general de la crítica al relativismo postestructuralista. Ninguna obra en concreto, ni ningún discurso de manera articulada en su famoso artículo, ni en sus libros. Lo único que hace es satirizar algunas citas marginales, descontextualizdas e inconexas, criticar algunas metáforas desafortunadas y sobre todo el uso indebido de la ciencia.Y no lo hace porqué no sabe y no puede. Me explico, para críticar un "simple" libro como De la Gramatología, hay que leer y entender nada menos que casi todo el corpus filosófico conformado por la historia de la filosofia. Las referencias explícitas e implícitas a autores como Artistoteles, Rosseau, Saussure, Hegel, Husserl, Heidegger implican una precomprensión profunda de la filosofia que solo está alcance de una élite que durante años ha realizado el penoso esfuerzo de deglutirla y no es el caso de Sokal, que debería empezar, al menos por la lectura de Aristóteles, quien aportó conceptos esenciales para la ciencia. La filosofía está constituida por una red de textos entretejidos, por una elevada intertextualidad, que dificulta culquier intento de aislar una parte y la crítica sokaliana, resulta externa y vacia por no atacar en lo más minimo las tesis filósoficas de los autores postmodernos."

Y concluye:
"Lo que tienen en común los postestruturalistas es lo que podríamos llamar el paradigma del lenguaje, que es la última revolución conceptual en filosofía aún no superada. La mediación linguística abarca toda la realidad, y no tenemos acceso a nada, que no sea a través del lenguaje. Esto no es un relativismo radical. La realidad “exterior” existe, pero no es accesible en su inmediatez pura".

Toda su argumentación puede ser leída aquí.

Rais acierta, tiene uno la impresión, cuando le critica a Sokal que no aborde la obra de Foucault o Derrida, en especial la de este último, en detalle. Se le podría objetar que Sokal no está interesado en la crítica filosófica, de hecho él reconoce su incompetencia en el terreno, sino en el uso inadecuado de hipótesis o teorías científicas que no juegan sólo un papel secundario en la obra de la mayoría de los postestructuralistas sino que les sirven para fundamentar algunos de sus posicionamientos teóricos (como el principio de indeterminación de Heisenberg o la tesis Duhem-Quine).

Con todo, hay que reconocer que el pensamiento de Foucault y del de Derrida resultan los más difícilmente incluibles dentro de la amalgama relativista postmoderna que Sokal modeliza. El de Foucault porque no hipostatiza la mediación lingüística hasta cosificarla sino que siempre separa, muy claramente, las prácticas discursivas de las no-discursivas y aunque atiende a la mediación lingüística de estas últimas, en sus descripciones no las suprime sino que cuerpos, objetos, acciones, ect. funcionan claramente más allá del lenguaje. El de Derrida porque es un pensamiento máximamente filosófico que no se apoya en fragmentos inconexos de observaciones científicas sino que lo trasciende y, como el mismo Rais anota, se inserta en la tradición intertextual de la Historia de la Filosofía Occidental sin la cual resulta incomprensible.

No obstante, uno tiene la impresión de que ello no invalida en demasía la crítica al relativismo que realiza Sokal. De hecho, Sokal no tiene ningún ánimo de realizar una indagación filosófica. Se limita a una breve postulación ontológica -la afirmación "ontológicamente débil" de que "existe una realidad exterior"- y otra epistemológica -la "epistemológicamente también débil" de que nuestros conocimientos sobre el mundo exterior no están del todo desencaminados como muestra nuestra cotidianidad- sin ahondar ni en sus condiciones de posibilidad ni en sus estructuras -si las tuvieran-. El empeño de Sokal es, prioritariamente, político y es desde esta perspectiva desde la que debe ser juzgado su trabajo. Filosóficamente, Sokal es un pensador sin excesiva potencia teórica pero es que no es ese su objetivo ni su campo de trabajo. Su crítica al relativismo es perfectamente compatible con ontologías o epistemologías moderadas, débiles e incluso ni siquiera "realistas".

6 de octubre de 2010

6 de octubre de 2010: Crónica intempestiva de un viaje (VIII). Nefertiti


26 de julio de 2010. Segunda parte.

"Doblez del Pergamon, doblez de los acontecimientos, doblez del ser (y del no-ser) que no hay que ocultar ni minimizar pero tampoco hipostatizar. Que el Altar sea el producto de un desvalijamiento no debe interferir forzosamente en nuestra valoración estética: aunque se guarde alguna relación entre la genealogía de la propiedad y la valoración estética, magnificarla hasta el punto de devaluar su contenido artístico, invalidándolo, es un exceso. Exceso o déficit, todo sea dicho, en el que uno mismo cayó durante gran parte de su "vida totalitaria" al minusvalorar aquellas obras de arte carentes de negatividad, de crítica y puesta entre paréntesis del orden social, estético, económico y espiritual, dominante.

Por un lado, la negatividad como distintivo de la verdadera obra de arte es un criterio eficaz, razonable para calibrar su valía pero no puede detentar el privilegio de la exclusividad. Por otra parte, la producción artística moralmente "manchada" en su origen no es más que eso, una obra de arte tal vez moralmente detestable pero obra de arte al fin y al cabo -y pienso en los Carmina Burana orquestados por el nazi Carl Orff...

Tras el Pergamon le tocó el turno al Neues Museum donde nos esperaba, impasible a mis cavilaciones y dobleces, Nefertiti y su interpelación constante que desafía la distancia histórica. Nunca había vivido uno en un mismo día, por dos veces, esa sensación de comunidad y cercanía con un legado de la Antigüedad que algunas obras artísticas son capaces de generar al observarlas detenidamente. No es sólo la extrema belleza del busto, su maestría escultural o su capacidad de seducción. Es, también, la evidencia de que el busto podría haber sido esculpido hace dos semanas en un taller próximo y su modelo pasear por alguna calle de Viena, Venezia o Trieste absorta en la contemplación de algún escaparate. Bella e impactante Nefertiti.

A última hora y cuando faltaba poco para cerrar logramos visitar en el Altes Museum una exposición de escultura etrusca y romana. Los bustos de Septimio Severo, Marco Aurelio, Claudio o Caracalla, más cercanos estética y sociológicamente, no lograron, sin embargo, suscitar en ninguno de nosotros la misma intensa ilusión de supresión del abismo espacio-temporal, idéntica impresión de fraternidad que adelgaza toda contingencia, que la hermosa Nefertiti.

Antes de abandonar la Isla de los Museos recorrimos su perímetro para satisfacer mi morbosa curiosidad por observar los vestigios de la guerra que en la fachada del Pergamon que da al Bode siguen intactos en algunos tramos y dejan ver todavía un par de boquetes producidos por la artillería ligera.

Por la noche, cenamos en una pizzería cercana a Senefelderplatz que reafirmó la tesis de Esther acerca de Berlin como ciudad de microespacios. Una tesis que surgió durante los trayectos de los dos primeros días en S-Bahn al observar la heterogeneidad arquitectónica y vital que la caracteriza y toparse con las beaches y strands que florecen aquí y allá en la superficie berlinesa. Resulta difícil, por ejemplo, encontrar en una gran capital europea un recinto de arena rodeado de carpas y salpicado de tumbonas al más puro "estilo Ibiza", entre un concesionario de automóviles y un descampado ruinoso saturado de montañas de hierros oxidados. En la pizzería, bajo un tilo descomunal, la terraza del restaurante engarzaba tres niveles en el último de los cuales, cubierto por frondosas ramas, al fresco de la noche brandenburguesa y al socaire del estilo alta montaña tirolesa del salón principal, resultaba difícil no sentir que los spaghettis estaban siendo devorados en la alta montaña austríaca y no en Prenzlauer Berg".

4 de octubre de 2010

4 de octubre de 2010: Crónica intempestiva de un viaje (VII). Del Bode al Pergamon



26 de julio de 2010. Primera parte.

"En la isla de los museos. Nos hemos levantado otra vez temprano, con los ojos hinchados y el cuerpo que empieza a estar embotado para visitar, al menos, el Bode, el Pergamon, y el Neues Museum.

El recorrido por el triángulo (hemos prescindido del Altes -sólo le hemos dado una rápida ojeada a su pórtico y a la columnata de la rotonda interior- y, afortunadamente para nuestras piernas, la Alte Nationalgalerie estaba cerrada) nos ha llevado más de ocho horas de caminatas, audiciones guiadas, observaciones, fotografías apresuradas, comentarios, un par de sandwiches en el parque del Berliner Dom, numerosas joyas artísticas y un par de reprensiones de vigilantes de hondo carácter prusiano que contrastan con la afabilidad habitual de los guardias de seguridad de los museos bávaros.

La primera reconvención tuvo lugar en el Pergamon. Un rubicundo y orondo celador no nos permitió, con un severo grito, sentarnos en el último escalón del altar de Pérgamo al inicio de nuestra visita. Cuando rehacíamos la ruta de vuelta observamos como el mismo individuo contemplaba tranquilamente como un grupo de jóvenes nórdicos ocupaban los dos últimos escalones del altar a lo largo y ancho.

En el Bode tuvo lugar la segunda que adquirió tintes ridículos. Primero nos entretuvieron un buen rato para duplicarnos las entradas trámite necesario para afrontar un supuesto segundo punto de control del museo que nunca hallamos. Una vez cumplimentado el requerimiento, en la segunda sala que visitábamos, la dedicada al Barroco alemán, una guardia bajita pero arrogante exigió a Esther que se pusiera la rebeca que llevaba en el brazo. Entendimos la instrucción o, mejor, la orden cuando la gentil funcionaria, que no hablaba inglés -nosotros tampoco demasiado alemán dicho sea en su descargo-, se la arrancó del brazo y se la puso sobre los hombros a la fuerza. De sus posteriores frases rotundas e intransigentes acabamos deduciendo que podíamos robar alguna valiosa pieza y cobijarla bajo la prenda y que ella estaba allí para evitarlo.

Como el museo resultaba extremadamente frío, tenebroso y de escaso interés para nosotros aprovechamos la mutua perplejidad del incidente para irnos no sin antes proferir algunas expresiones despreciativas para con los prusianos (si es que aun existen). Dejábamos detrás una hora decepcionante de paseos entre cristos barrocos y renacentistas, retablos bizantinos y otras piezas de arte sacro que se borraron rápidamente hasta el punto de que una vez fuera, camino del Neues Museum, sólo recordaba vagamente la habitación diseñada por Tiépolo y una estatua de la escalinata que conducía a la segunda planta, la del General der Kavallerie von Seydlitz, antepasado, supongo, de uno de los defensores de Stalingrado, al mando del LI Cuerpo de Ejército, que tras la capitulación del VI Ejército lideró desde el exilio la única organización militar antinazi: la Liga de Oficiales alemanes.


Pero si el Bode fue una decepción, el Pergamon superó todas nuestras expectativas y dejó una huella que se prolongó durante todo el día y nos rodeó hasta bien entrada la madrugada cuando abrimos, y vaciamos, nuestra primera botella de vino alemán, un espléndido Dornfelder.

El altar de Pérgamo, la puerta de Ishtar y, sobre todo, la puerta del mercado de Mileto son más que monumentos y fragmentos de historia: son tiempo humano impreso en piedra, texto de un mundo, de un espacio y un tiempo, cuya conservación levanta una pasarela entre nuestros espacios y tiempos contemporáneos, los ya pasados y los venideros para las generaciones futuras si sigue habiéndolas.

Con todo, este diamantino logro que enlaza generaciones de seres humanos y puede hacer posible que la idea de una comunidad universal sea algo más que una fantasía filosófica o una ruina, un vestigio del pasado, tiene -como todo, ese double bind del que hablaba Derrida- su envés.

En el panel informativo de la sala del Altar, el Museo nos informa que fue merced a los "contratos" suscritos entre el Gobierno turco y el Museo de Berlin que se realizó el traslado completo desde la costa jónica hasta la capital alemana y se nos informa de que el estado del monumento era lamentable -aunque no fuera ésta la palabra utilizada. No le cabe duda a uno de que, por la tradición museística europea y la dotación de sus instituciones de conservación, el altar de Pergamo estaba mejor en la primera mitad del siglo XX en Berlin que en su ubicación natural. Seguramente, si los alemanes no hubieran transportado todas las piezas que encontraron y las hubieran reconstruido pacientemente sirviéndose de sus abundantes recursos económicos y técnicos, el puente del que hablaba, ese texto de piedra, presumiblemente no hubiera llegado hasta nosotros ni podría enlazar con nuestros hijos. No obstante, acostumbrado a los eufemismos que gobierno del mundo pedagógico, y conscientes de la política colonial de la Europa Occidental, hablar de "contratos" entre el gobierno turco y el Museo de Berlin a finales del siglo XIX no deja de producir una carcajada. Me temo más bien que se trató, lisa y llanamente, de un expolio entre otros, como los que podemos hallar en el British Museum. Seguramente, los "contratos" fueron firmados bajo presiones diplomáticas o de otra clase con la ayuda de prebendas y sobornos varios a funcionarios y gobernantes turcos. Este hecho no afecta en absoluto al efecto que puede provocar el Altar, ni invalida el trasfondo de universalidad que supura, ni tampoco altera la evidencia de que gracias al Pergamonmuseum podemos gozar de la magnífica estructura pero la verdad es la verdad la diga Agamenón o su porquero.

A este respecto, compruebo en casa que la Wikipedia resume el proceso que acabó con el Altar en Berlin con las siguientes palabras:

"Es el ingeniero alemán Carl Humann, amante de la arqueología, quien envía a Berlín en 1871 tres fragmentos de lo que definió como una "lucha". Las piezas pasarán desapercibidas durante cinco años en el "Altes Museum" (museo antiguo). No será hasta 1877 que el arqueólogo Alexander Conze centra su interés en los fragmentos y pide a Humann que inicie la excavación. El respaldo político y económico es total. Bismark quiere hacerse con una obra de referencia que legitimase su recién inaugurado imperio, las leyes en Grecia son muy estrictas en lo referente a la exportación de antigüedades, siendo más apropiado Turquía para las intenciones de Bismark. Las negociaciones tienen lugar en 1878-1879 quedando estipulado que los hallazgos pertenecientes al altar serán trasladados a Berlín, que compensará con 20.000 marcos al Imperio Otomano (Turquía).

La búsqueda del altar se centrará en el muro bizantino de la ciudad al sur de la acrópolis. Los elementos del altar habían sido utilizados para la construcción de la muralla, de tal forma que el relieve quedaba hacia el interior. En 1880 ya se habían desenterrado 97 láminas. Las prospecciones en la acrópolis pusieron al descubierto la base del altar. El traslado a Berlín se inicia ya en 1879. El Museo de Pérgamo es inaugurado en 1930."

Por otra parte, estos días leo El daño oculto de James Stern, una crónica del escritor irlandés sobre la Alemania de posguerra y encuentro que la tópica oposición entre bávaros y prusianos que relacioné con nuestras incomodidades en el Bode y el Pergamon se vivía en Baviera en 1945, una vez acabada la guerra, con singular encono. Algún fundamento, limitado por supuesto, parece tener esta oposición que experimenté como de caracteres entre los celadores alemanes del norte y los del sur. Relata Stern la descripción de la futura Alemania que acordaron los conspiradores del 20 de julio en boca de uno de los implicados en la trama antihitleriana, el fürst Fugger y que ilustra esta rivalidad:

"Entonces discutimos el nuevo programa político, en el caso de que el putsch saliera triunfante. Todos coincidimos en que la reconstrucción de Alemania en su forma centralizada actual estaba fuera de toda consideración, especialmente con la fuerte hostilidad antiprusiana, e incluso anti Reich, que existía en Baviera. En lugar de ello, la nueva Alemania debería construirse sobre una base federal, con una independencia de largo alcance para las diferentes regiones. A Prusia, desde luego, no se le podría permitir que continuara con sus actuales fronteras y población, tendría que ser dividida" (p265-266).

2 de octubre de 2010

2 de octubre de 2010: el premio Casavella confirma lo que uno dijo


Sin que sirva de precedente lo dije en su momento. La novela de mi hermano, El alquiler del mundo, era una de las mejores novelas en castellano que he leído en los últimos años, por no decir la mejor. Podía parecer excesivo, nepótico o, simplement, de tan subjetivo y cariñoso, anecdótico. Afortunadamente, el hecho de que haya ganado el I Premio Francisco Casavella de novela, le confirma a uno que su gusto literario sigue siendo más o menos objetivable. Algo es algo. Ya hablé en su momento de la novela y volveré a hacerlo más adelante. Sólo añadir que, como denuncia del capitalismo, no cae en los hábitos y tópicos de la "literatura comprometida" -algo que sólo había visto en la obra del gran Steinbeck, el mejor crítico del sistema capitalista que he leído- y eso engrandece aun más el texto: ser capaz de evitar tanto el panfleto como el tufo humanista redentor al mismo tiempo es algo reservado a muy pocos.

La Vanguardia publicaba esta nota de prensa ayer:

"Madrid, 1 oct (EFE).- La obra "El alquiler del mundo", del barcelonés Pablo Sánchez, ha obtenido el Premio de Novela Francisco Casavella 2010, un galardón auspiciado por Ediciones Destino y que nace con la intención de apoyar las nuevas voces de la narrativa española.

El jurado, compuesto por los escritores Ignacio Vidal-Folch, Luis Magrinyà y Ana Rodríguez Fischer, ha destacado que se trata de "una novela audaz sobre la fascinación y las trampas del capitalismo, un tema apenas tratado por nuestros autores y que aquí brilla con inspiración, buenas ideas y un excelente sentido de la intriga".

En ella César, un ejecutivo de Madrid que trabaja para una poderosa multinacional, debe reflotar la sucursal de Barcelona, una oficina que parece maldita desde que una empleada enloquece y es encerrada en un manicomio. A través del mundo de las altas finanzas y de la empresa, el autor radiografía el capitalismo despiadado y el papel que desempeñan los ciudadanos en un engranaje que los aplasta.

Pablo Sánchez (Barcelona, 1970) es doctor en Filología Hispánica por la Universidad de Barcelona y en 2005 obtuvo el Premio Lengua de Trapo con su primera novela, "Caja negra".

Casi 180 novelas han concurrido a la primera edición de este premio, dotado con 6.000 euros y que además de apoyar a las nuevas voces de la narrativa española rinde homenaje al escritor Francisco Casavella, fallecido en 2008 a los 45 años y autor de novelas como "El día del Watusi" y "Lo que sé de los vampiros" (Premio Nadal 2008). "El alquiler del mundo" será publicada el próximo 26 de octubre."

1 de octubre de 2010

1 de octubre de 2010: unas compras aprovechando el cobro del salario


A menudo, ver la nómina ingresada en el banco recuerda a aquellos días de infancia en que los padres te daban algo de dinero por sorpresa, inopinadamente, para que lo despilfarraras por una vez. Esto ocurre últimamente con mucha frecuencia. Las cantidades se evaporan con tal rapidez que el único día en que parece que realmente vendas -mejor, malvendas- tu fuerza de trabajo y no la regales sea ese en el que en la pantalla del ordenador aparece la cifra exacta de tu retribución. En esos instantes pareces retroceder a aquellos años y piensas en lo que podrías hacer con ese dinero. Cinco días después ya no hay nada en qué pensar al respecto.

Como estaba muy reciente el aniversario de la muerte de mi padre hace un par de días he aprovechado un rapto de retroceso temporal para ir de librerías y perder un par de horas entre fetiches literarios. Al final el presupuesto no dio para mucho más que dos libros que deseaba desde hacía algún tiempo: una edición completa de bolsillo muy asequible de los cuatro volúmenes de El Don apacible de Shólokhov cuya adquisición llevaba posponiendo varios meses y un ejemplar de El viento de la Gehena de José Antonio Martínez Muñoz que hacía tiempo que busqué y que, por no encontrarlo en su momento, olvidé.

Como un niño con zapatos nuevos.
Tengo lecturas nuevas, tengo lecturas nuevas, tengo lecturas nuevas...

1 de octubre de 2010: José Naveiras presenta en Madrid su nuevo libro


Y seguimos de presentaciones y noticias que me fuerzan a demorar las siguientes entregas de la crónica intempestiva del viaje. Ahora le toca el turno a mi compañero de peregrinajes editoriales José Naveiras que publica su tercer libro de poemas, Todavía muertos, en la editorial Amargord, dentro de la colección Hecho en Lavapiés. El libro estará a la venta a partir del 6 de octubre y ese mismo día se presentará el libro, y la colección, en la Sala Triángulo de Lavapiés. Pues nada, como dije ayer, que os vaya muy bien y lástima no poder estar con vosotros (aunque esto se está convirtiendo ya en una costumbre).