8 de octubre de 2010

8 de octubre de 2010: a vueltas con Sokal y el relativismo (I)


Hace pocos días Rais Busom, en su Blog, abordaba l'affaire o hoax Sokal del cual uno se hizo eco hace unos meses y le provocó alguna amarga reflexión. Rais como buen lector dotado de agudeza y con una sólida formación filosófica realiza una serie de observaciones muy atinadas acerca de las críticas de Sokal al relativismo:

"El problema es que no veo en Sokal, crítica alguna al núcleo duro de los filósofos llamados postestructuralistas como Foucalt o Derrida, sólo se encuentran críticas detalladas y razonables a intelectuales como Lacan, Deleuze, Kristeva, etc.. Otra cosa es la actitud de los filósofos antes las críticas. Nunca he visto a un filósofo reconocer una crítica con humildad, más bien el lenguaje se estira practicando el escapismo más denigrante. Sokal no critica a los dos autores mencionados de manera sistemática si no sólo en el saco general de la crítica al relativismo postestructuralista. Ninguna obra en concreto, ni ningún discurso de manera articulada en su famoso artículo, ni en sus libros. Lo único que hace es satirizar algunas citas marginales, descontextualizdas e inconexas, criticar algunas metáforas desafortunadas y sobre todo el uso indebido de la ciencia.Y no lo hace porqué no sabe y no puede. Me explico, para críticar un "simple" libro como De la Gramatología, hay que leer y entender nada menos que casi todo el corpus filosófico conformado por la historia de la filosofia. Las referencias explícitas e implícitas a autores como Artistoteles, Rosseau, Saussure, Hegel, Husserl, Heidegger implican una precomprensión profunda de la filosofia que solo está alcance de una élite que durante años ha realizado el penoso esfuerzo de deglutirla y no es el caso de Sokal, que debería empezar, al menos por la lectura de Aristóteles, quien aportó conceptos esenciales para la ciencia. La filosofía está constituida por una red de textos entretejidos, por una elevada intertextualidad, que dificulta culquier intento de aislar una parte y la crítica sokaliana, resulta externa y vacia por no atacar en lo más minimo las tesis filósoficas de los autores postmodernos."

Y concluye:
"Lo que tienen en común los postestruturalistas es lo que podríamos llamar el paradigma del lenguaje, que es la última revolución conceptual en filosofía aún no superada. La mediación linguística abarca toda la realidad, y no tenemos acceso a nada, que no sea a través del lenguaje. Esto no es un relativismo radical. La realidad “exterior” existe, pero no es accesible en su inmediatez pura".

Toda su argumentación puede ser leída aquí.

Rais acierta, tiene uno la impresión, cuando le critica a Sokal que no aborde la obra de Foucault o Derrida, en especial la de este último, en detalle. Se le podría objetar que Sokal no está interesado en la crítica filosófica, de hecho él reconoce su incompetencia en el terreno, sino en el uso inadecuado de hipótesis o teorías científicas que no juegan sólo un papel secundario en la obra de la mayoría de los postestructuralistas sino que les sirven para fundamentar algunos de sus posicionamientos teóricos (como el principio de indeterminación de Heisenberg o la tesis Duhem-Quine).

Con todo, hay que reconocer que el pensamiento de Foucault y del de Derrida resultan los más difícilmente incluibles dentro de la amalgama relativista postmoderna que Sokal modeliza. El de Foucault porque no hipostatiza la mediación lingüística hasta cosificarla sino que siempre separa, muy claramente, las prácticas discursivas de las no-discursivas y aunque atiende a la mediación lingüística de estas últimas, en sus descripciones no las suprime sino que cuerpos, objetos, acciones, ect. funcionan claramente más allá del lenguaje. El de Derrida porque es un pensamiento máximamente filosófico que no se apoya en fragmentos inconexos de observaciones científicas sino que lo trasciende y, como el mismo Rais anota, se inserta en la tradición intertextual de la Historia de la Filosofía Occidental sin la cual resulta incomprensible.

No obstante, uno tiene la impresión de que ello no invalida en demasía la crítica al relativismo que realiza Sokal. De hecho, Sokal no tiene ningún ánimo de realizar una indagación filosófica. Se limita a una breve postulación ontológica -la afirmación "ontológicamente débil" de que "existe una realidad exterior"- y otra epistemológica -la "epistemológicamente también débil" de que nuestros conocimientos sobre el mundo exterior no están del todo desencaminados como muestra nuestra cotidianidad- sin ahondar ni en sus condiciones de posibilidad ni en sus estructuras -si las tuvieran-. El empeño de Sokal es, prioritariamente, político y es desde esta perspectiva desde la que debe ser juzgado su trabajo. Filosóficamente, Sokal es un pensador sin excesiva potencia teórica pero es que no es ese su objetivo ni su campo de trabajo. Su crítica al relativismo es perfectamente compatible con ontologías o epistemologías moderadas, débiles e incluso ni siquiera "realistas".