14 de noviembre de 2010

14 de noviembre de 2010: Crónica intempestiva de un viaje (XIV). Las gafas de Rosa Luxemburg


29 de julio de 2010. Segunda parte.

"Con esa desazón que acompaña la pérdida de la dimensión épica de un acontecimiento cuando sabemos que la tuvo y que nosotros mismos fuimos capaces de experimentarla, volvimos paseando por Unter den Linden para seguir vía Alexanderplatz y Rosa-Luxemburg-Strasse hacia casa. Teníamos ganas de caminar y, sobre todo, un motivo de peso: nos habíamos equivocado al coger los billetes de transporte público para el día y la perspectiva de tener que volver a comprar otra tanda de cuatro y dejarnos de nuevo más de quince euros cuando el presupuesto comenzaba a menguar rápidamente aconsejaba saborear la fresca tarde berlinesa.

Cuando embocamos la Rosa-Luxemburg-Strasse hicimos una breve parada ante el Babylon Kino, uno de esos antiguos cines de arte y ensayo que menudean por el Berlin comunista y que recordaba por su estilo las viejas salas de Barcelona ya todas cerradas, reconvertidas o acondicionadas a los nuevos tiempos, como los cines Verdi o el Casablanca. También pasamos ante el Volksbühne, el "Teatro del pueblo" que dirigió Max Reinhardt y que ahora conduce Frank Castor pero no entramos porque las fuerzas menguaban.

Fue hacia el final de la calle cuando, comentando que no se venden fragmentos del monumento del Ejército Rojo aunque pronto para poder fotografiarse junto a los carros de combate habrá, como en la la Puerta de Brandenburg, comediantes ataviados con el uniforme soviético que por una módica suma posarán junto a uno, me fijé en un detalle insignificante que ilustra la convicción que Berlin le estaba provocando a uno: que la épica se había transformado, mercantilización mediante, en tragicomedia. Metáfora del mundo actual, del mundo de la subsunción de lo real al capital, de la conversión del ser en mercancía.

El tropo era lo que me pareció, antes de llegar, una tienda de moda cerca de la esquina con la LinienStrasse. Un cartel plegable en la acera señalaba, por su parte anterior, al establecimiento. Cuando pasamos vimos que se trataba de una tienda de gafas y al volver la vista al cartel plegable nos topamos ante un fotomontaje de Rosa Luxemburg provista de unas gafas redondas de pasta con la leyenda: 'Diseño Revolucionario'. La mirada inmediata al escaparate festoneado de gafas ligeras y de estética 'audaz' terminaba de forzar el contraste. Figura de la onversiónde lo épico en tragicómico. Un poco de eso es, en cierta manera, Berlin. ¿Para eso has quedado Rosa?..."

Por cierto, en el Youtube encontré, hace pocos días, un vídeo que recoge el monumento al Ejército Rojo en 1946 y en la actualidad. Ayuda a entender la posible pérdida del sentido épico por una variable que la formación de uno nunca contempla: la arquitectónica.