11 de diciembre de 2010

11 de diciembre de 2010: Crónica intempestiva de un viaje (XX). La Prinz-Albrecht-Strasse


1 de agosto de 2010. Primera parte.

"Día dedicado al rastreo de las huellas del III Reich. Día extraño e incómodo. No es fácil compartir una obsesión y menos con un niño de diez años al que no hay que ocultarle, como si los críos fueran tontos, lo acontecido pero con el que tampoco debe entrarse en excesivos detalles que aun no comprendería y posiblemente deformaría quién sabe cómo en su pequeña mente en construcción.

Como un juego, hemos buscado el antiguo distrito gubernamental sin tener una idea exacta de su localización. De un foro dedicado a la fascinación por el Reich había extraído algunos datos acerca de las calles donde estaban emplazados los ministerios, la cancillería y el famoso bunker. Consultada la guía de rigor, que omitía correctamente estos detalles, parecía que iba a ser fácil. Sin embargo, aunque nos hemos bajado en la Friedrichstrasse hemos tardado un buen rato en lograr orientarnos: buscábamos tomar como eje la Wilhelmstrasse y empezar el recorrido por la sede de la Oficina Central de Seguridad del Reich en la Prinz-Albrecht-Strasse 8, el verdadero núcleo del dispositivo del terror nacionalsocialista y desde allí recorrer el Distrito. Sólo había un pequeño problema que uno casi había intuido antes de comenzar la jornada. Si la Wilhelmstrasse transcurre casi paralela a la Friedrichstrasse, la Prinz-Albrecht-Strasse, una calle pequeña, no aparecía en la guía por sus reducidas dimensiones sino porque ya no existe.

La calle que albergaba los edificios centrales de la Gestapo, la Oficina central de las SS y la RSHA se llama hoy día Niederkirchnerstrasse, lo cual descubriríamos casi dos horas después. Más de una hora dando vueltas entre la sede del Ministerio del Aire, el imponente edificio de clásico estilo totalitario diseñado por Sagebiel que fue el único de los grandes mamotretos arquitectónicos de la zona ministerial que no fue devastado por los bombardeos ni durante la batalla de Berlin, y la Wilhelmstrasse han acabado cuando nos hemos topado con la exposición, ahora ya museo, "Topographie des Terrors" -que teníamos previsto visitar en algún momento del día. Allí se ha aclarado el misterio que uno había sospechado pero que, a la vista de la obstinación de la ciudad en consumir y exponer su historia, había desechado.

Puestos, seguramente ninguna otra calle de Berlin condensaría la experiencia totalitaria criminal más feroz de la historia. Sin embargo, precisamente por la ostentación que los gobiernos municipales, regionales y nacionales han hecho de la historia contemporánea berlinesa desde el fin de la guerra, uno no está muy seguro que borrar el nombre de la calle sea una solución coherente. Claro que tampoco de lo contrario..."