30 de noviembre de 2011

Y una zapaterada más...


Ni la alegría por el hundimiento electoral de Rubalcaba ni por el juicio que, de momento, ha merecido para la mayoría de los ciudadanos de este país su gestión, mitigan la indignación que las iniciativas de este individuo, que todavía es presidente en funciones, es capaz de perpetrar. La última, el indulto a Alfredo Sáenz, envía un mensaje muy claro a los banqueros y a los ciudadanos: no todos somos iguales ante la ley.

Seguramente aun nos brindará alguna más a modo de despedida pero esta sirve de ejemplo de lo que ha sido su gobierno: preocupación (legítima) por los derechos civiles (matrimonios homosexuales, memoria histórica, igualdad entre sexos) y renuncia total a cualquier intento de redistribución de la riqueza o de fiscalidad equitativa que disminuya las desigualdades sociales. En una palabra: un gobierno que abandonó el proyecto socialdemócrata clásico y lo convirtió en una variante del modelo liberal norteamericano encarnado en el Partido Demócrata.

Qué triste personaje...