20 de febrero de 2012

De nuevo en El Prado (II)


Y, perseverando en esta vía de comprensión del arte como herramienta epistemológica, la exposición presenta una extraordinaria obra de Bellotto, también conocido como "Canaletto el joven" que, por su exhaustividad en la representación, se asemeja tanto al gran maestro veneciano que no es extraño que mereciera el apelativo. The Kreuzkirche in Dresden permite imaginar la vida cotidiana en la ciudad alemana con un detalle que sólo los testimonios literarios o las actas judiciales de la época podrían emular.

Por fortuna para aquellos que detestan el modelo cognoscitivo-veritativo de la obra de arte, la muestra del Hermitage abunda en ejemplos que evitan que ese modelo pueda ser hipostatizado y convertido en naturaleza propia del arte como en otros momentos hisóricos sucedió. Así, en Estanque en el parque de Montgeron, de Monet, la construcción objetiva y los perfiles exactos dejan paso a la construcción subjetiva a partir de contornos diluídos: prácticamente nada puede averiguarse acerca del contexto fáctico "real" que actúa de referente de la pintura hasta el punto de que puede, perfectamente, prescindirse de él: poco se aporta al conocimiento empírico concreto y validable en la tela de Monet y, sin embargo, cualquiera puede generar una imagen propia del objeto, el estanque del parque, a partir de los vacíos que deja el pintor francés. Auténtica construcción de la lectura, à la Iser, gracias a la indeterminación de los recursos lingüísticos (colores, dibujo, etc.) utilizados por el autor.