30 de marzo de 2012

Memoria de Saint Andrews (IV): Samuel Johnson


16 de julio de 2011. Cuarta parte.

Y, como buen "extraño habitual", cuando el taxi se acerca desde la proletaria y fea Cupar, en la que reconozco las casas de los obreros con sus mínimos jardines - la mayoría sin flores ni césped - pero por vez primera observo algunas mansiones victorianas de vigorosas hortensias y rosales que desmienten la homogeneidad de la ciudad, busco la cúpula del hermoso Hamilton Hall. Su figura debe reconfortar tras tantas horas de viaje y recibirnos hospitalariamente pero ante nuestra sorpresa aparece en el horizonte recubierto de un gigantesco andamio: tapado, oculto. Y buena parte del hechizo que mantiene Saint Andrews en mi mente se desvanece de golpe. Año tras año, visita tras visita, el Hamilton estaba ahí, impertérrito, envejecido, flanqueado por lujosas casas y caros hoteles, ajeno aparentemente al turismo golfista, las modas y la especulación: un resto de la pujanza y el esplendor de una Universidad que, incluso en épocas de decadencia, por ejemplo en el s. XVIII, cuando la visitó Samuel Johnson, todavía era el eje de la vida del pueblo.

Nota:

Busco, ya en Barcelona, el texto de Johnson que leí parcialmente, con ocasión del viaje que hicimos por el norte de Escocia hasta las Hebridas interiores hace algunos años, y donde se habla de Saint Andrews. Reproduzco el párrafo al que me refería:

"Saint Andrews seems to be a place eminently adapted to study and education, being situated in a populous, yet a cheap country, and exposing the minds and manners of young men neither to the levity and dissoluteness of a capital city, nor to the gross luxury of a town of commerce, places naturally unpropitious to learning; in one the desire of knowledge easily gives way to the love of pleasure, and in the other, is in danger of yielding to the love of money"

(The Journal of a Tour to the Hebrides)

Por cierto, ahora que lo veo, el mismo Johnson anota, por otros motivos, la facilidad con que perdió de vista su condición de "stranger". No se trata del "extraño habitual" sino del "extranjero bien acogido" pero...:

"We found, that by the interposition of some invisible friend, lodgings had been provided for us at the house of one of the professors, whose easy civility quickly made us forget that we were strangers; and in the whole time of our stay we were gratified by every mode of kindness, and entertained with all the elegance of lettered hospitality".