17 de marzo de 2012

Seamus Heaney con la edad


La lectura de Campo abierto, la antología de Seanus Heany, ha sido accidentada y problemática. Accidentada por la imposibilidad de encontrar el tiempo "muerto" necesario para engarzarla con un entorno de apertura más allá de la metálica cotidianidad. Problemática por las discrepancias con la traducción que le llevaron a uno a dudar de ella. Afortunadamente, buscando una traducción del extraordinario poema "The Rain Stick" vi que el 25 de de junio de 2005 El País publicó una breve nota sobre la antología. En ella, el crítico Angel Rupérez, señalaba que, "discrepancias aparte", el libro está "bien traducido". Pues eso.

De todos los poemas recogidos en ella los que más impacto me han causado son los de los noventa y especialmente "A call" y "The Rain Stick". Con la edad, la distancia estética y estilística que le han alejado a uno de tantos grandes poetas, parece que va dejando de interponerse en su goce. Es una de las ventajas de envejecer.

"The Rain Stick

Up-end the stick and what happens next
Is a music that you never would have known
To listen for. In a cactus stalk

Downpour, sluice-rush, spillage and backwash
Come flowing through. You stand there like a pipe
Being played by water, you shake it again lightly

And diminuendo runs through all its scales
Like a gutter stopping trickling. And now here comes
A sprinkle of drops out of the freshened leaves,

Then subtle little wets off grass and daisies;
The glitter-drizzle, almost-breaths of air.
Up-end the stick again. What happens next

Is undiminished for having happened once,
Twice, ten, and thousand times before.
Who cares if all the music that transpires

Is the fall of grit or dry seeds through a cactus?
You are like a rich man entering heaven
Through the ear of a raindrop. Listen now again."

"LA VARA DE LA LLUVIA


Planta la vara de la lluvia y lo que sucede después
es una música que jamás habrías conocido
para ser escuchada. En un tallo de cactus

chaparrón, golpe de riego, un derrame y resaca
atraviesan fluyendo. Estás plantado allí como una pipa
intepretado por el agua, de nuevo la sacudes con delicadez

y el diminuendo recorre todas sus escalas
como una compuerta que cesa de gotear. Y ahora quí viene
un salpicar de gotas desde las hojas refrescadas,

luego sutiles hierbas secas y margaritas;
luego un goteo de brillantes, casi suspiros de aire.
Planta la vara de la lluvia. Lo que sucede después

no se reduce pues sucedió otra vez,
dos, diez y mil veces antes.
¿A quién le preocupa que toda la música que transpira

sea la caída de la sémola o de semillas secas a través de un cactus?
Eres como un rico entrando en el cielo
a través del oído de una gota de agua. Vuelve a escuchar ahora".