13 de junio de 2012

Alienación y exilio


Pasan los días sin más lecturas que disposiciones, proyectos de resoluciones y órdenes y comunicados y sin más escritura que los resúmenes de las reuniones, notas informativas e instrucciones organizativas. Algunas rayas en este cuaderno, entre textos ya escritos que, programados, van publicándose es toda la actividad literaria. No hay lugar para la poesía ni para la filosofía. Ni tan siquiera para la música. Teléfono, trabajo, paseos breves para contener la ansiedad y, en los pocos ratos de ocio, la PS3 y la Eurocopa.
Como ciudadano perfectamente alienado en la República del Trabajo añoro esa República de las Letras de la que vive uno exiliado.