14 de noviembre de 2012

Retórica y substancia: la huelga general


A uno le parece que el sentido común no debería ser tan menospreciado por la intelectualidad de izquierdas, especialmente la progresista. Por ejemplo, la pasividad de la izquierda ante determinadas formas de totalitarismo, cuando no su cómplice rendición, tal vez no hubiera sido tan pronunciada (y ahora le viene a uno la imagen de Orwell...) si el sentido común hubiera moderado el utopismo. En fin.

Dicta el sentido común que en una convocatoria de Huelga General lo sustantivo e imprescindible, lo "esencial", es la huelga y lo retórico o episódico, lo accidental, las acciones de preparación (charlas, concentraciones, encierros...). Cierto que de lo accidental no se puede prescindir, como enseña la deconstrucción: que es tan sustancial como lo sustancial y que, en ocasiones, sin lo accidental lo sustancial no deviene.

Con todo, en el nivel de la banda media de los fenómenos sociales, la distinción de sentido común es pertinente. Pues bien, ¿qué sucede en nuestras sociedades cuando la inversión deconstructiva - recordemos sólo un paso o movimiento del proceso deconstructivo siempre en marcha -, se manifiesta en todo su vigor y lo accidental deviene sustancial? Tomemos el ejemplo de la Huelga General. Si no se distingue claramente entre lo ornamental y lo sustancial, la huelga es un fracaso y supone un paso atrás para los asalariados.

Una muestra: en un centro del que uno ha tenido noticia, los alumnos y los profesores se encerraron anoche como preparación para la jornada de lucha. Hoy, la mayoría de los alumnos participantes se han quedado en casa y, lo más increíble, la mayoría de los profesores que participaron en "la movida" ha ido a trabajar al instituto con la conciencia limpia y sabiendo que no tendrían alumnos. Cobrarán, así, su sueldo. Nada que objetar a ello si no fuera porque se confiesan de izquierdas, animan a los alumnos a la huelga y, por supuesto, en su mayoría no se consideran esquiroles.

Debe echárseles en cara la confusión conceptual, estética y moral entre lo accidental y lo sustancial. Aparte otras valoraciones éticas, la falta de sentido común juega un papel importante en esta conducta.