25 de febrero de 2013

Leyendo a Rais (I)


Puede que Rais sea, en primer lugar mi amigo, pero no es menos cierto que se trata de una persona especialmente dotada para la reflexión. Filósofo de formación, no se contentó nunca con la autorreferencia inevitable de la Filosofía sino que tendió puentes hacia las ciencias sociales muy pronto, especialmente hacia la sociología primero y la economía más tarde. Eso, unido a su punzante compromiso con "lo político" y a su pasión por el concepto le permitió llegar hasta donde la endogámica y acrítica institución universitaria en el ámbito de las Humanidades españolas le permitieron: es decir, a ningún sitio. No por ello desfalleció y siguió investigando. En los últimos años, su experiencia en la empresa privada, desde pequeñas empresas a multinacionales, le ha ayudado a pulir sus análisis y ha escrito un pequeño ensayo que uno ha estado leyendo estos días. El trabajo lleva por título "POR UN SOCIALISMO MONETARIO. La constitución de una autodeterminación monetaria contra el totalitarismo monetarista".

Rais parte de tres grandes premisas a la hora de analizar el momento actual de la forma "capitalismo" y las alternativas a su dominación.


1.- "En la situación actual, incluso las instituciones democráticas formales, no pueden ayudar a redistribuir la riqueza sino que al contrario, se convierten en sofisticados instrumentos de domino, lo que también ha acabado desbancando a la opción socialdemócrata. Por fuera del sistema de partidos, existen unos movimientos sociales mutantes, al menos desde los años ’70, anti-sistema, de muy diversa índole y con una organización difusa. Sin embargo, estos movimientos en todos los años del ciclo de luchas antagonistas al sistema, no han conseguido una organización capaz de sumar la parte integrada en el sistema, que sufre también la alienación y el expolio del valor, ni de crear un frente común entre la multiplicidad de orientaciones, prácticas y objetivos."

2.- "Actualmente, en la fase post-fordista, la explotación no se realiza en los ámbitos puramente productivos sino en toda la sociedad."

3.- "Hay que desterrar definitivamente uno de los mitos pseudo-morales de la izquierda, que considera el dinero como malo y prescindible. El dinero en sí mismo es bueno. Sin complejos. Una cosa es ser un monje asceta y prodigar el voto de pobreza, lo que es muy loable, y otra despreciar el dinero o desmerecerlo. El dinero es tiempo. El tiempo de todos. Y el tiempo no es malo, ni sobra."