20 de diciembre de 2013

A Mandela lo que es de Mandela y a Fidel lo que es de Fidel



Con ocasión de la muerte de Mandela, uno trató de dejar constancia del respeto por su figura. Hoy es momento de recordar que, en el proceso de liberación de la mayoría negra en Sudáfrica y como me recordó mi hermano, intervinieron de manera decisiva no sólo Mandela como líder y héroe de referencia y el conjunto de las organizaciones anti-apartheid, sino también alguien ahora denostado (probablemente no sin motivo) pero que para la lucha del ANC fue vital: Fidel Castro. Seguramente a ello se debió que su hermano Raúl fuera uno de los cinco únicos oradores en el funeral de Mandela.

La fuerza expedicionaria cubana que durante más de diez años combatió al ejército sudafricano y sus movimientos-pantalla en Angola primero y Namibia después (especialmente la UNITA de Jonás Savimbi), fue fundamental para el derrumbe del cinturón de seguridad que el régimen sudafricano había tendido a su alrededor desde hacía décadas con la complicidad de las diversas administraciones estadounidenses y, con ello, para su final claudicación.

Como reconoció el propio Mandela en 1991 al conmemorar en Cuba la batalla más importante que se libró en aquella larga guerra, la de Cuito Cuanavale, en la que las tropas caribeña derrotaron a las sudafricanas, "aquella impresionante derrota del ejército racista le dio a Angola la posibilidad de disfrutar de la paz y consolidar su soberanía. Le dio al pueblo de Namibia su independiencia, desmoralizó al régimen racista blanco de Pretoria e inspiró la lucha contra el apartheid dentro de Sudáfrica (…) . Sin la derrota en Cuito Cuanavale nuestras organizaciones nunca hubieran sido legalizadas".

No es descabellado pensar que sin la decisión de Fidel Castro de enviar una Misión Militar en ayuda del Movimiento Popular para la Liberación de Angola en 1975 es probable que Mandela hubiera acabado sus días en la prisión de Robben Island. Su liberación no tuvo tanto que ver con la caída de la URSS como con lo sucedido en la década anterior. Al bloqueo del conflicto del Próximo Oriente puede uno remitirse para argumentar que el fin del imperio soviético no "liberó" de la tensión de la guerra fría los conflictos existentes y ayudó a encontrar soluciones pacíficas: armisticios, rendiciones, capitulaciones... Los racistas sudafricanos, sin la inmensa presión militar interior y exterior, difícilmente hubieran claudicado.

Un análisis de la casi siempre ecuánime BBC acerca del papel de las fuerzas cubanas en la lucha contra el apartheid, aquí.

La versión de Fidel Castro sobre la empresa militar cubana, publicada hace poco, aquí.

Y un relato pormenorizado de la intervención cubana y de la ayuda no sólo militar sino también formativa, económica y diplomática que prestó al ANC, aquí.