27 de diciembre de 2015

"Contra Visconti" ya está en la calle


Como si de un regalo navideño se tratara, Contra Visconti ya está impreso y disponible en la tienda online de Baile del Sol - donde se puede adquirir con una pequeña rebaja (9,50 euros) - y espero que muy pronto en librerías y esta misma semana en casa.

23 de diciembre de 2015

"La escuela contra el mundo" (y III)



Con todo, ir más allá del ecosistema educativo escolar pone en riesgo la eficiencia del concepto. Se puede poner en juego el curriculum, la evaluación, la dinámica entre profesores y alumnos, entre alumnos, los recursos de la institución concreta, su misma arquitectónica y buscar en esos campos la dialéctica entre lo expuesto y lo escondido pero conforme la descripción se va alejando y pone rumbo a complejos que exceden su magnitud cada vez se arriesga más a perder su valor teórico: si abandonamos la cercanía del fenómeno educativo en su sentido más estricto y nos encaminamos hacia su sentido más general y "analizamos" (es un decir...) su relación con los sistemas sociales estatales, con sus conflictos y mecanismos de construcción, mantenimiento y modificación o, más allá, con los internacionales o con civilizaciones, clases sociales, géneros, etnias, etc. la puerta a la pura especulación arbitraria se abre de par en par. El modelo teórico que se apoya en el "curriculum oculto" se ensancha y se ve obligado, por el cambio de perspectiva, a incluir en su ámbito cualquier nueva recepción de un estímulo exterior: debe confundir el aprendizaje en general con la instrucción o la adquisición de conocimientos transmitidos y es entonces cuando puede construirse tranquilamente esa "ocultación" conspiranoica a la que es tan dada la izquierda romántica. Con ella se retuerce la legítima interrogación sobre lo no-dicho para ser aplastada por las afirmaciones de una narración totalizadora que deja atrás cualquier pregunta y trueca la crítica en dogmática.

Así, al integrar series de estados de cosas, cosas y discursos heterogéneos en un batiburrillo planetario acaba describiendo hechos como la distancia física, necesaria, lógica y casi se diría universal, la imprescindible diferenciación jerárquica simbólica y material entre docente y alumno, entre el que sabe y el que no sabe, entre el que expone y el que escucha, tan inextirpable como la que debe existir entre padres e hijjos, en términos de opresión, ejercicio de poder, robotización, alienación, etc. Sucede un poco lo mismo que le ha sucedido a esos lectores fast food del postestructuralismo que han acabado confundiendo la investigación foucaultiana de las condiciones "trascendentales" mediante las cuales un saber se convierte en ciencia con sus condiciones empíricas: que han acabado haciendo un cocido de pescado. Explicar que del hecho de que el maestro explique qué es un eje de coordenadas mientras el alumno atiende en silencio sentado en su pupitre se sigue que estamos ante una situación asimétrica diseñada socialmente para castrar la creatividad de los niños a fin de minimizar los riesgos de subversión del orden social existente es un desvarío impertinente. Como esa cita atribuida a Freud, "a veces en un sueño una serpiente sólo es una serpiente", a veces en la escuela que los alumnos estén "recluidos" en un aula y no dispongan de un espacio tan amplio como el del profesor tiene que ver con esos requisitos sin los cuales no hay transmisión posible de conocimientos: a saber, que sin alguien que sabe y otros que no, sin un ambiente silencioso y sin que el espacio no sea desmesuradamente extenso y por tanto no pueda haber treinta mesas de igual tamaño que la del profesor aunque sólo sea por aspectos tales como la consecución de unos niveles adecuados de temperatura o acústica, no hay proceso de enseñanza real.

Para concluir. En la modesta opinión de uno esa "parte oculta" en el sentido de no declarada, no patente, no abiertamente mostrada ni accesible como dato primero y casi se podría decir inmediato, no es una variable trivial en la reflexión sobre la enseñanza en particular y sobre la educación en general tanto para aquellos que la piensan en calidad de proceso necesario para la conservación y reproducción del orden social vigente como para los que la consideran como instrumento de su transformación. No obstante, no añade mucho, por no decir nada, al diagnóstico del problema del fracaso escolar o los resultados de las evaluaciones estandarizadas internacionalmente de los sistemas educativos de los diferentes estados. Y añade demasiado hasta saturar cuando en su ámbito de acción se incluyen elementos que guardan una relación más mediada, una relación secundaria en localidad, frecuencia e intensidad, con el "hecho" educativo.

P.S: claro que también Gregorio podría pensar, y no sólo está en su derecho sino que quizás no esté tan desencaminado, que en el empeño por continuar utilizando el "curriculum oculto" aunque sea con mesura y, si fuera posible, buen sentido, subyace el atavismo de un aprendizaje de Marx y Freud que persiste en esa memoria tan despreciada por los románticos izquierdistas...

21 de diciembre de 2015

"Star Wars" VII


El domingo, Star Wars VII. Si séptimas partes nunca fueron buenas cuando además parecen ser un fiel reflejo de los tiempos cambiantes, peor todavía. Parece entonces inevitable creer a pies juntillas que cualquier tiempo pasado fue mejor.

La saga ha perdido cualquier asomo de gravedad aunque fuera de mercadillo. El discurso pretendidamente metafísico se ha trivializado, es leve y superfluo y el espacio ha dejado de ser el cósmico escenario donde acontecía una épica pugna para devenir simple decorado de una opereta. Esta pérdida se acentúa por el hecho de que "La fuerza" no es lo que era: se acabaron las sutilezas, el aprendizaje, la anticipación, la percepción, el conocimiento... ¿Signo de la época? "La fuerza" es ahora la fuerza real, física, el mandoble a diestro y siniestro, el mamporro. Y, lógicamente, se aprende rápido, muy rápido... La pareja antagonista en torno a la que gira la trama es deslucida, especialmente el miembro del "lado oscuro", Kylo Ren, que resulta un Darth Vader malcriado, un Darth Vader de la ESO al que sólo le falta explicar que quiere abrirse una cuenta en Twitter o Facebook y subir los videos de sus combates. Y por si fuera poco los sables-láser cada vez están peor manufacturados...

En fin...

20 de diciembre de 2015

"La escuela contra el mundo" (II)



A Luri no le faltan motivos para ser escéptico respecto a la noción de "currículum oculto" y a su uso: es tan imprecisa, aunque la mayoría de los buenos conceptos descriptivos en ciencias sociales lo son, que su falta de límites precisos ha fomentado su utilización indiscriminada y bobalicona: un exceso de retórica y una retórica excesiva ante la cual seguramente lo más sensato sea retroceder alarmado.

En la Wikipedia podemos hallar la definición que realiza Michael Haralambos: "The hidden curriculum consists of those things pupils learn through the experience of attending school rather than the stated educational objectives of such institutions" ("El currículum oculto consiste en aquellas cosas que los alumnos aprenden a través de la experiencia de acudir a la escuela más allá de los objetivos educacioneales de dichas instituciones"). Hasta aquí poco que objetar salvo la ya mencionada vaguedad que permite que se aplique a tal amalgama de fenómenos dispares que uno puede legítimamente pensar que estamos ante uno de esos términos-saco que no dicen nada porque lo dicen todo: conocimientos, enseñanzas, temas, frases, personas, relaciones, instituciones, actos sociales, espacios, tiempos, etc. La misma Wikipedia, en su versión en castellano, muestra ese riesgo inflacionario: "Cualquier entorno, incluso actividades sociales y recreacionales tradicionales, pueden brindar aprendizajes no buscados ya que el aprendizaje se vincula no solo a las escuelas sino también a las experiencias por las que pasa una persona (sean estas escolares o no)". Puestos, todo cabe en el currículum oculto y si todo cabe es que no hay nada en él que valga la pena ser considerado como propiamente suyo. Es lógico, pues, mantener como mínimo una distancia prudente más cuando en torno a él se orquestan dogmáticas supuestamente radicales que están muy lejos de comprender en toda su complejidad el complejo educativo como las de la desescolarización o esas sociologías educativas que consideran la escuela como réplica del cuartel o la fábrica.

Ahora bien, que se abuse del concepto y se utilice desaforadamente no invalida la tesis fundamental que sustentaría: en la escuela, al lado de la enseñanza explícita y verbal existe una enseñanza implícita y no verbal. La configuración del espacio de enseñanza, su distribución, no es inocua, neutral, no significativa: aula, tarima, pizarra y pupitres tienen una función que no se agota en la de organizar eficazmente el lugar para hacer posible el desarrollo de una clase. No hace falta recurrir a los trabajos de Foucault, especialmente a su Surveillir et punir, para comprender que los objetos no son meras entidades inertes dispuestas casualmente. Las ciencias sociales hace décadas que han entendido esta significatividad de lo material y los debates y anuncios de las campañas electorales son buena prueba de cómo el conocimiento de las condiciones físicas de los entornos de actuación es cualquier cosa menos irrelevante. Asimismo, la selección curricular sería también indicativa: sus presencias, sus ausencias, las horas dedicadas a unas disciplinas en detrimento de otras, su secuenciación, sus rupturas o reiteraciones son cualquier cosa menos gratuitas, inintencionadas, indiferentes y lo que dejan fuera es tan interesante para comprender un sistema educativo como lo que proclaman.

17 de diciembre de 2015

"La escuela contra el mundo" (I)



De Gregorio Luri ya hace años que uno sigue su "Café de Ocata".  Le ha escuchado en conferencias, debates y coloquios y leído muchas de sus colaboraciones en la prensa pero lo cierto es que todavía no había leído La escuela contra el mundo, que va camino de convertirse en un clásico (va por la 5ª edición en catalán) y que por su estilo, la calidad de su argumentación y su brillantez expositiva se lo merecería. Luri escribe magníficamente: es claro, directo y plástico sin renunciar a los matices y las distinciones. Un logro difícil de conseguir para todos aquellos de nosotros educados filosóficamente en la tradición continental y, por tanto, inclinados a perdernos en las exigencias retóricas del detalle hasta ocultar el nudo del problema planteado y sus posibles soluciones. Como desconozco al dedillo su trayectoria no sé si es fruto de una singular y exitosa adopción de la tradición anglosajona, bien de una excelente comprensión de la visión ensayística de un Ortega o, simplemente, un hábito adquirido a fuerza de pisar cada día un aula durante muchos años. En cualquier caso, tanto su habilidad, como su talento literario y filosófico, convierten las más de trescientas páginas del libro en una lectura amena, placentera y estimulante. Pero no sólo eso, sino también en una lectura recomendable y pertinente si se quiere reflexionar sobre la educación. Su empeño en argumentar, en aportar datos, ejemplos y contrajemplos, en describir y explicar de forma limpia sin necesidad de acudir a esas marañas incomprensibles de conceptos "desterritorializados" (como les gusta decir, abusando de un Deleuze que apenas entienden, a tantos pedagogos ineptos), incita realmente al pensamamiento, al diálogo y al fomento de ese ánimo crítico que poco tiene que ver, dicho sea de paso, con el "pensamiento crítico" que se propone como objetivo educativo en los programas de la mayoría de los partidos políticos.

De todas formas, las loas siempre deberían tener ese contrapunto que permita obtener un rédito efectivo de esa invitación al pensamiento y al debate. Así, hay muchos aspectos en los que uno se rinde a la fuerza de la argumentación de Luri gustosamente. Otros en los que más que rendición se debe hablar de acuerdo o confluencia. Pero también unos pocos en los que hay alguna discrepancia y en los que valdría la pena detenerse para hacer honor a esta invitación a pensar aunque aquí y ahora tan sólo puede uno consignar un breve apunte.

Dejo de lado la distinta valoración que nos merece a ambos el ex-conseller Maragall sobre la que ya discutimos hace unos años con ocasión de una comida-coloquio organizada por el sindicato a la que fue invitado. En aquellos tiempos parecía que estábamos más lejanos (habla uno, simplificando, de la organización como un todo por mor de la brevedad) cuando en realidad nos separaba un problema de lenguaje excepto en el juicio radicalmente opuesto sobre este personajillo inculto e incompetente que detentó por demasiados meses la titularidad del Departament d'Educació. Ahora que recuerdo, en el asunto de los buenos y malos docentes y la conveniencia o no de una evaluación del profesorado la distancia no era meramente lingüística, de código: un sindicato ha de asumir acríticamente la defensa de la competencia e integridad del colectivo al que defiende puesto que ya desde otras instancias, como se ha demostrado en los últimos años, lloverán las agresiones, mistificaciones y manipulaciones diversas e interesadas. Gregorio creía, y supongo que todavía cree, que debe haber un control de la calidad del profesorado y animó al sindicato a aceptarlo encontrándose con un unánime rechazo. De todas maneras, era un problema "topológico": en el tablero de juego de las condiciones laborales del profesorado estábamos en posiciones distantes y en planos diferentes entre los que no había apenas comunicación posible.

Retomando el hilo. Entre esos escasos temas en los que uno discrepa de las afirmaciones de Luri el que más me interesaría anotar es el de la existencia o no de un "currículum oculto" en los sistemas educativos occidentales. Luri, si lo he entendido bien, o no cree en la pertinencia de este concepto o, como mucho, considera que interpreta erróneamente una serie de estados de cosas que podrían no tener la significación ideológica que desde la izquierda radical, la sociología de la educación dominante o la posmodernidad se les atribuye.

14 de diciembre de 2015

Escribe Adorno



"El nacionalismo ya no se cree a sí mismo del todo, pero resulta, no obstante, políticamente necesario como medio eficaz para conseguir que las personas se aterren a situaciones y relaciones objetivamente anticuadas. De ahí que como algo no del todo bueno para sí mismo e intencionadamente ofuscado ostente hoy rasgos grotescos. Es cierto que nunca le faltaron enteramente, dada su condición de herencia de bárbaras y primitivas estructuras tribales, pero estuvieron reprimidos durante todo el tiempo en el que el liberalismo pudo asegurar también realmente el derecho del individuo como condición del bienestar colectivo" (Educación para la emancipación, trad. de Jacobo Muñoz, p24).

12 de diciembre de 2015

Utopistas tecnológicos...


La tradición del utopismo tecnológico se remonta, como mínimo, a Francis Bacon y su Nueva Atlántida pero en las últimas décadas ha cobrado nuevo aliento de la mano de la "constelación de Silicon Valley" y vuelve a gozar de una buena salud envidiable. Antesdeayer, Sergio Parra publicó en El País - Jot Down un artículo titulado "El STEM está cambiando el mundo mucho más de lo que crees" que la ilustra. En el texto, el señor Parra realiza una entusiasta y poco matizada apología de la actual revolución tecnológica siguiendo el clásico modelo utopista de lectura de un presente estilizado que se prolonga hacia un futuro ya plenamente idealizado y afirma, por ejemplo:

"La idea de que ahora va a pasar algo absolutamente extraordinario suena a cháchara de visionario, y se ha oído tantas veces que ejerce el mismo efecto que avisar de que llega el lobo cuando nunca llega. ¿Cuánto tiempo hace que se habla de edificios domóticos y todavía vivimos en casas como las de nuestra infancia? Y ya no digamos las promesas del cine: ¿dónde están los robots?, ¿los coches voladores?, ¿las colonias marcianas?
Pero el ahora de ahora es diferente a cualquier otro ahora. Para demostrarlo hemos de invocar la ley de Moore y el llamado crecimiento exponencial. En pocas palabras, la ley de Moore postula que cada veinticuatro meses se multiplica exponencialmente la potencia informática. Este crecimiento exponencial se ha estado produciendo desde 1965 y, a grandes rasgos, nunca ha fallado. Cuando Gary Kasparov dijo que era imposible que un ordenador ganara al ajedrez a un maestro ajedrecista, tuvo razón porque en Deep Blue fue derrotado en 1996. Un año después, la computadora venció a Kasparov por mor de la ley de Moore, y ahora nadie es capaz de ganar al ajedrez a un ordenador.
Lo realmente inquietante es que actualmente ese crecimiento de poder de computación continúa produciéndose. Que en nuestros bolsillos, gracias a nuestro smartphone, hay más potencia informática de la que se requirió para llevar al ser humano a la Luna. Y que ahora, justo ahora, los saltos exponenciales serán mucho más apoteósicos que antes. Tan apoteósicos que ni siquiera somos capaces de imaginarlo (...)

Es el mejor momento de la historia, y no solo porque la inflexión de la curva va a cristalizar como nunca aquellas palabras de Arthur C. Clarke: «Toda tecnología lo suficientemente avanzada es indistinguible de la magia». Es el mejor momento de la historia en general. Es una afirmación chocante si nuestra única fuente de información son los periódicos, que evidencian un claro sesgo hacia los desastres en vez de los logros. Como afirmó el escritor de ciencia ficción David Brin: «Aunque probablemente un 70% o un 80% de las cosas que están pasando son buenas, si prestamos atención a las noticias, a los medios de comunicación o a las películas, podríamos pensar en lo contrario».
No es que exista una conspiración en contra del optimismo o la tecnología. Los motivos son otros. Los periódicos, por ejemplo, venden más ejemplares si anuncian tragedias o riesgos. El share de la televisión se dispara si se dedica una hora a una víctima concreta antes que a miles (víctimas o no), debido al sesgo de la víctima identificable, un error de nuestro cerebro al procesar información. También solemos recordar mejor las cosas buenas del pasado, en vez de las malas, debido a otro sesgo cognitivo que incluso los romanos ya describieron con su memoria praeteritorum bonorum y que actualmente se traduce como «cualquier tiempo pasado fue mejor». El síndrome de Frankenstein es el resultado de que las películas siempre presenten futuros distópicos o que los científicos sean nerds, en el mejor de los casos, o mad doctors, en el peor. Cualquier tecnología siempre lleva aparejado el pago de un tributo moral, social o económico, porque en el cine no existe la tecnología buena. Solo en un minoritario, casi marginal, subgénero de la ciencia ficción, la llamada hard, la ciencia y la tecnología se presentan como algo bueno o una herramienta útil para solucionar problemas. Ese género, obviamente, suele estar escrito por científicos para científicos. El resto de la población mundial solo recibe un único tipo de mensaje reforzado continuamente por la forma de procesar información que tiene su cerebro.
Pero si nos desembarazados de estos sesgos, en términos globales, asumiendo que hay ámbitos en los que las cosas distan de ser perfectas, es el mejor momento de la historia. No solo a nivel tecnológico, sino (también) el mejor momento de la historia gracias a la tecnología."

Afortunadamente, un lector le responde con el sano escepticismo que resulta del buen uso de un moderado relativismo sin caer en el tono apocalíptico:

"Aunque estoy de acuerdo con el tono general del artículo hay que mencionar tres peligros que amenazan estas optimistas profecías.
El primero ya lo ha mencionado María más arriba: si se traza una curva del crecimiento científico humano se ve que, en efecto, seguimos una curva exponencial. Pero resulta curioso que la tendencia se inicia con la revolución industrial y el uso a gran escala del carbón y el petróleo. Lo cierto es que todo nuestro progreso científico y tecnológico se basa en un incremento brutal del consumo energético, consumo que ha sido posible gracias a unas fuentes de energía abundantes y baratas. Ahora tenemos que hacer la transición hacia energías renovables, y no está tan claro que podamos seguir manteniendo un régimen de consumo tan alto.
El segundo peligro es la mentalidad capitalista y la falta de rivales. Es cierto que un móvil de los que ahora llevamos en el bolsillo tiene más potencia de cálculo que la que hizo falta para llevar al hombre a la Luna. Pero la cosa es que en los años 70 fuimos capaces de llevar hombres a la luna, y ahora no podemos hacerlo. Que en los años 70 había aviones comerciales supersónicos (el Concorde) y ahora tardamos siete putas horas en cruzar el charco. Que seguimos tirando del petróleo y el gas porque no hemos sido capaces de dominar la fusión nuclear ni resolver los problemas de los reactores de fisión, que datan de los años cuarenta.
El motivo es que todos esos avances se produjeron en un contexto de enfrentamiento (la segunda guerra mundial, la guerra fría) y fueron producto de inversiones masivas por parte de los estados (el proyecto Apolo para ir a la Luna llegó a comerse un 11% de todo el presupuesto de Estados Unidos, casi lo mismo que en sanidad o educación). El sector privado no ve más allá del siguiente trimestre y cuando invierte en proyectos de investigación lo hace a uno o dos años vista, como máximo, y con rentabilidad inmediata. Eso le funciona a la gente de Intel, pero en realidad lo único que hacen es meter cada vez más transistores cada vez más pequeños en una oblea de silicio. En una universidad se inventó el transistor; en otra, el circuito integrado. Intel y las otras empresas solo refinan el proceso, pero no inventan nada nuevo. En el artículo se menciona la posibilidad de usar grafeno, molibdenita o la computación cuántica. ¿Dónde se están investigando estas posibilidades? En el sector público"

10 de diciembre de 2015

La más que centenaria lucha contra la enseñanza memorística y la "Nueva Educación" (y V)


Finalmente, unas últimas observaciones en torno a las reflexiones de Fichte sobre la educación en los Discursos a la nación alemana. Uno de los ejes fundamentales de la "Nueva Educación" es, por supuesto, la idea de la bondad natural del hombre, una bondad que se corrompe por obra de la sociedad. Consecuentemente, la identificación entre infancia e inocencia es inevitable ("...el hombre, por regla general, se vuelve peor, más egoísta para todas las emociones buenas, más atrofiado e inútil para toda obra justa, cuantos más años tiene y cuánto más se aleja de los primeros días de su inocencia, que primeramente aún sigue resonando suavemente en algunos presentimientos de lo bueno", p353) y la responsabilidad de la degeneración egoísta recae en la sociedad: "no es la naturaleza lo que nos corrompe, ésta nos crea con pureza; es la sociedad" (p405). Con este esquema, se abre la puerta a ese "paidocentrismo" que enarbolará como estandarte la escuela abierta pues la educación deberá tomar sobre sí la tarea de evitar la corrupción moral de ese estado de inocencia inicial alejando al infante del modelo de un adulto "en miniatura" o un "proyecto de adulto": "Ahora el alumno es el centro, el eje sobre el cual gira el proceso educativo. En una posición de clara inspiración rousseoniana Montessori postulará su máxima 'el niño, padre del adulto' para representar el radical giro que esta postura representa para la educación. Para Claparéde esta transformación es una verdadera revolución que traslada así la educación de un 'magistrocentrismo' a un 'paidocentrismo'. El siglo XX será para la psicopedagogía el 'siglo del niño'" (Zubiría, J: De la escuela nueva al constructivismo, p104).

Asimismo, cuando la escuela abierta manifiesta su rechazo del materialismo consumista actual lo hace siguiendo un esquema ya establecido en Fichte y propio del romanticismo aunque lo haya pasado por el tamiz de cierta crítica izquierdista low cost. Por ejemplo, los estatutos de la Ligue Internationale de l'Éducation Nouvelle ya postulaban en los años 20 del siglo pasado que se debía "preparar al niño para el triunfo del espíritu sobre la materia" (Ferrandez-Sarramona, L'Educació, p158), tal como el alemán proclamaba: "La nueva educación invierte precisamente este orden...Hasta ahora, en la mayoría vivía solamente la carne, la materia, la naturaleza; con la nueva educación debe vivir en la mayoría, incluso prontamente en todos, sólo el espíritu y éste ha de ser el que la mueva" (p337). Y, si éste esperaba de la Nueva Educación "que todos los componentes necesarios del hombre sean formados sin excepción y con uniformidad" (p260-261), sus lejanos descendientes plasmaron su deseo en en el Preámbulo de la LOGSE, la ley española que consagró la hegemonía de la escuela abierta y su conversión en paradigma estatal: "El objetivo primero y fundamental de la educación es el de proporcionar a los niños y a las niñas, a los jóvenes de uno y otro sexo. una formación plena".

Con estos ejemplos no resulta extraño ni descabellado pensar que un "aire de familia" recorrería Europa, fantasmagóricamente, desde hace siglos: el sueño de una enseñanza desmemoriada, inocente, sin repetición, dureza ni esfuerzo, de una educación única, espiritual, artística, libre, transformadora, leve, creativa, originaria... Un sueño que, como casi todos aquellos que no se fundan en una docta spes (Ernst Bloch), puede trocarse en delirio y pesadilla...

8 de diciembre de 2015

Escribe Pascal


"Censuro igualmente a los que toman el partido de alabar al hombre y a los que toman el de censurarle, y a los que toman el de divertirse, y no puedo aprobar sino a los que buscan entre gemidos" (Pensamientos, trad. de J. Llansó, p124).

4 de diciembre de 2015

La más que centenaria lucha contra la enseñanza memorística y la "Nueva Educación" (IV)


Al menos Fichte es consciente de que la educación es, sobre todo, un "arte" (p239) y que el objetivo de cualquier proceso formativo no es otro que el de la producción de un individuo terminado, algo de lo que la mayor parte de la pedagogía contemporánea abomina pese a que sigue estando en su propio fundamento: "Toda formación aspira a la creación de un ser firme, perseverante y resuelto, que no se transforme, sino que sea y que no pueda ser de otra forma de la que es. Si no aspirara a tal ser, no sería formación, sino un juego ocioso; sino hubiera producido tal ser, la formación no estaría aún terminada" (p245).

Así cuando la escuela activa y, sobre todo, las pedagogías de la libertad se envuelven en una retórica de la emancipación interminable no dejan de dar por supuesto este acabamiento logrado por la educación. Por ejemplo, cuando Paulo Freire afirma que "La pedagogía del oprimido, como pedagogía humanista y liberadora tendrá, pues, dos momentos distintos aunque interrelacionados. El primero, en el cual los oprimidos van desvelando el mundo de la opresión y se van comprometiendo, en la praxis, con su transformación, y, el segundo, en que, una vez transformada la realidad opresora, esta pedagogía deja de ser del oprimido y pasa a ser la pedagogía de los hombres en proceso de permanente liberación", no está formulando un proyecto en el cual los hombres, inacabados, puedan rehúsar la "permanente liberación" en el ejercicio de su libertad o incluso rechazarla: la educación del oprimido "produce" un "ser firme, perseverante y resuelto" en su constante liberación.

En este sentido, la negación del proyecto "productivo", modelizador, selectivo y conclusivo de la educación - al menos en Occidente - ¿no sería una actitud ingenua bajo la cual se volvería a colar con nuevos ropajes, como lo hará siempre, la educación "antigua" que se proclama suprimida?

¿No será que el objetivo de la conclusión es inseparable de la educación y que la "Nueva Educación" y la escuela nueva e innovadora que con ella se emparenta, se engaña y engaña cuando hace bandera de una libertad aparentemente indeterminada pero, de hecho, determinada como mínimo por la imposibilidad de su negación?

2 de diciembre de 2015

Y "Contra Visconti" ya tiene portada


Y Contra Visconti ha dado uno de sus últimos pasos antes de "ver la luz": ya tiene portada. Los amigos de Baile del Sol la enviaron este fin de semana para ver qué le parecía a uno. ¡Y qué le va a parecer! Si como a los hijos uno sólo puede verle las gracias... Pero aparte de lo obvio, es sobria y elegante y el texto escogido para la contraportada apropiado. Sobraría la foto del que escribe pero en fin...

30 de noviembre de 2015

Modas y tendencias educativas

 

Este fin de semana se celebraron en Barcelona las IV Jornadas de secundaria organizadas por el sindicato. El tema de este año: "Modas y tendencias educativas". Tanto Xavier como Alberto han dejado constancia de sus impresiones al respecto. Para no repetirse, uno dejaría de lado las cuestiones más afectivas para fijar la vista en algunas de las conclusiones teóricas sobre la educación en las que la inmensa mayoría de participantes (y ponentes) coincidieron y que, evidentemente, no son muchas y además de escasas parecen hasta tan obvias que da apuro reprara en ellas pero en el mercadillo de la charlatanería en que se ha convertido el asunto de la enseñanza y la educación en España en los últimos años estas, lo claro e innegable acostumbra a olvidarse para evitar extraer incómodas consecuencias.

Por ejemplo:

a) que no hay respuestas simples e inmediatas a problemas complejos. Respuestas como las que ahora pueblan los medios de la mano de la empresa Marina Entertainment son burdas, simples y demagógicas. En la mejora del sistema educativo, aceptando de antemano que se habla de ésta en el marco de una estructura política y socio-económica determinada y no otra, intervienen muchos factores, unos conocidos, otros menospreciados y otros quizás desconocidos y, de momento, las corroboraciones empíricas tan sólo han mostrado que los intentos de incidir en alguno de ellos aisladamente (métodos didácticos, gestión de los centros, normativas, recursos, profesorado, etc.) no han producido mejoras apreciables en el conjunto del sistema por no decir que la mayoría de estos ensayos han resultado inocuos y algunos desastrosos;

b) que lo que sí podemos saber con más o menos certidumbre, a partir de los datos contrastables, es lo que no funciona. Así, la reforma educativa española emprendida en los años noventa por la izquierda que se plasmó en la LOGSE o la falta de un mínimo consenso político que provoca cambios legislativos constantes que impiden evaluar razonablemente qué modificaciones se revelan como impertinentes o inadecuadas y cuáles contribuyen a su mejora; o

c) que los experimentos, citando a un político español de no muy agradable recuerdo, "en casa y con gasesosa"; es decir, que deben probarse primero en pequeños segmentos representativos del sistema preservando las cautelas necesarias (por ejemplo, grupos de control, supervisión por terceras instancias no implicadas en el proceso, etc.) para poder ser evaluados antes de su masiva e imprudente introducción;

Una última observación sobre los ponentes. Conocedor y seguidor de Gregorio Luri y Alberto Royo, sus contribuciones no depararon ninguna sorpresa: fueron consistentes, persuasivos, razonables y creativos como acostumbran a serlo. Es un placer escucharlos y siguen dando "qué pensar". Sergi Sanmartí, el defensor de la validez del "aprendizaje por proyectos", fue valiente exponiendo sus tesis ante un auditorio poco predispuesto a dar un voto de confianza a según qué propuestas que ofrecen demasiadas incertidumbres. En cambio, José Manuel Lacasa fue una revelación. Aunque no sea ningún recién llegado (llevó las riendas de la revista "Magisterio") desconocía su singular combinación de rigor científico, ánimo crítico y prudencia teórica. Frente a la verborrea vacua y ruidosa de tantos "expertos" los minuciosos análisis de Lacasa presentan con sobriedad y sin estridencias la contundencia de una realidad que no se deja embaucar fácilmente a poco que se la intente "mirar" con empeño objetivo.

29 de noviembre de 2015

Vergüenza ajena (29/11/2015)


Y sonrojo, además de otras reacciones privadas, produce el titular de La Razón del día 23 de noviembre. A veces es difícil tomárselo como un periódico humorístico, de la manera que uno acostumbra a hacer, cuando se topa con frases como estas: "Los «nous catalans» de Junqueras y Mas viajan a Siria para unirse al ISIS".

Claro que su antagonista también del mundo del humor en el otro bando, el Vilaweb del gran Vicent Partal, responde con unas declaraciones de Ángel Colom que no le van a la zaga: "Són capaços d’inventar-se un GAL gihadista per ocupar militarment Catalunya" ("Son capaces de inventarse un Gal yihadista para ocupar militarmente Catalunya").

Dura pugna la entablada entre los tabloides más combativos en la competición por el disparate vestido de información. Es de esperar que este enfrentamiento seguirá deparando grandes momentos "literarios" en el futuro. Que podamos verlos...

26 de noviembre de 2015

En "Cuadernos Hispanoamericanos"


En el número de noviembre de Cuadernos Hispanoamericanos (el 785, páginas 75 a 87) se acaba de publicar el ensayo que uno escribió a raíz de la conferencia (que debía haber sido más bien una charla-coloquio) que dio el año pasado en la Universidad de Barcelona gracias a la invitación de Xavier Jové y el Departamento de Filología anglo-germánica. La conferencia se tituló en su momento "Valor, sentido, justicia y pesadilla" pero una vez reescrita hasta en dos ocasiones, ha dado como fruto un texto algo distinto. Cuanto menos en el título. Ahora ha pasado a ser "Poesía después de Auschwitz": provocación e intempestividad". "Cosas del estudio"...

Por cierto, en este número estoy acompañado, entre otros, por Agustín Calvo Galán que escribe además sobre Corónicas de Ingalaterra de Eduardo Moga (p1301-34). Buena compañía.

24 de noviembre de 2015

La más que centenaria lucha contra la enseñanza memorística y la "Nueva Educación" (III)


La "Nueva Educación" fichteana, además de concebirse como una educación integral que acerque al alumno a la vida, a la realidad, renuncia a cualquier programa sustentado en la acumulación de conocimientos en beneficio del "espíritu", de la predisposición o, como en parte diría la jerga pedagógica dominante hoy dia, la competencia o el procedimiento: "Por grande o exigua que sea la suma de conocimientos que haya adquirido en esta educación, habrá recibido indubitablemente un espíritu que toda su vida podrá comprender cualquier verdad, cuyo conocimiento le sea necesario, permaneciendo accesible a la instrucción por otros, así como capaz continuamente de la propia reflexión" (p257).

Para Fichte, no se trata de que el educando adquiera una cantidad determinada de conocimientos cuanto que adquiera "destrezas" o "competencias". De hecho, el conocimiento debería ser, en este nuevo modelo, una consecuencia, un añadido, un aditamento de la formación de esa " espontaneidad espiritual" fuente creativa de cualquier saber: "La nueva educación se concentra de hecho y de forma directa en el estímulo del progreso constante de la espontaneidad espiritual. Como ya hemos visto antes, el conocimiento surge sólo complementariamente y como consecuencia forzosa" (p250).

¿Nos hallamos demasiado lejos de la insistencia  en el "aprender a aprender" de la mayoría de los modelos pedagógicos dominantes que se enraízan en la "escuela nueva"; está a una distancia cósmica del mantra de que la enseñanza se centre no en la transmisión de conocimientos sino en el fomento de las estrategias para su posible adquisición? ¿No sigue soplando ese "aire de familia" entre la "Nueva Educación" de Fichte y el empeño mostrado por tantos pedagogos "progresistas", y no sólo ellos, en reducir el papel de la transmisión de conocimientos para promover a cambio en el educando la disposición a incorporarlos únicamente si fuera preciso?

Un botón de muestra:

" amb les competències es prioritza un tipus especial d’aprenentatge, l’aprenentatge autònom i autodirigit, que és el que permet que qualsevol persona esdevingui un aprenent competent i desenvolupi la capacitat per seguir aprenent al llarg de la vida" (Coll, C. [dir.] Currículum i ciutadania. El què i el per a què de l’educació escolar, p25).

"con las competencias se prioriza un tipo especial de aprendizaje, el aprendizaje atónomo y autodirigido, que es el que permite que cualquier persona pueda convertirse en un aprendiz competente y desarrolle la capacidad para seguir aprendiendo a lo largo de la vida".

21 de noviembre de 2015

Vergüenza ajena (21/11/2015)


Es una de las sensaciones que experimenta el que escribe ante declaraciones como estas:

"Usted es de Súmate, entidad de castellanohablantes que abogan por la independencia.
Mi independentismo no es identitario, sino ideológico, porque vengo de una tradición de izquierdas muy a favor del derecho de autodeterminación de cualquier pueblo, siempre y cuando sea por medios democráticos. No entiendo a la gente de izquierdas que está a favor del derecho de autodeterminarse para el Kurdistán o el Quebec y no para Catalunya. Es contradictorio... y quizás es que no son tan de izquierdas.
¿De qué tradición habla?
Mis padres se conocieron en un mitin de Bandera Roja –escisión del partido comunista– en el año 1981. En mi casa hablábamos positiva y críticamente de política. Recuerdo canciones en casa de Víctor Jara, Silvio Rodríguez, Pablo Milanés, Luis Eduardo Aute, y fotos del Che Guevara y Ho Chi Minh. Pero nunca he militado en ningún partido.
¿Así, usted fue antes de izquierdas que independentista?
El independentismo es una situación transitoria, no una condición política. Soy republicano y de izquierdas. Nadie se declara independentista de forma exclusiva.
¿Se siente español?
Soy reticente respecto a banderas. Estoy alejado del independentismo identitario, aunque lo respeto. Que cada cual se sienta como quiera y que cuelgue la bandera que quiera en su balcón, porque al final de lo que se trata es de democracia sí, democracia no. Eso es muy compatible con sentirse español: hay gente en Súmate que celebra las victorias de la selección española, o que llevan la camiseta de España, pero defienden como nadie el derecho de los catalanes a crear una república independiente. El proceso ha trascendido al origen o al sentimiento de pertenencia más exclusivo." (Entrevista a Gebriel Rufián, candidato de ERC al Congreso).

Se podría hablar acerca del papel de "tonto útil" de cierta izquierda, del mal que leninismo y estalinismo hicieron a la tradición marxista, de la ingenuidad o del oportunismo de ciertos "políticos", pero quizás baste con acudir, como en el caso de la Forcadell o del ministro Fernández Díaz, a alguna de las descripciones de ese psicoanálisis vulgar que tantos acostumbramos a tener en mente para explicar esta peculiar "posición política" que, como señala Jordi, tanta vergüenza ajena puede provocar...

19 de noviembre de 2015

Crónica de la Nueva Edad (Fin: 19/11/2015)


Parece que ha llegado la hora de poner fin a esta "Crónica" que comenzó hace algo más de dos años como tal puesto que uno de sus objetivos, realizar un relato equidistante de la transformación de la vida social en Catalunya ante el auge del nacionalismo secesionista, ya no puede ser cumplido. Esta "Crónica" tenía su reverso en otra subterránea, privada, contra la que debería ser leída y que tal vez debería pasar a primer plano. Ya se verá pero esta "otra" narración clandestina no trataba de realizar un ejercicio de objetivación y desapasionamiento sino que obedecía a las reacciones más emocionales y menos elaboradas que estos cambios producían en la existencia de uno. Efectos más primarios y menos sofisticados pero no por ello más auténticos ni verdaderos. Hay que recordar aquí la pertinencia de la propuesta de partida ética de Foucault, "Desprenderse de uno mismo", de la subjetividad en la que uno ha sido emplazado y constituido tan artificialmente. El trabajo moral de desprenderse de esta construcción mediante un esfuerzo autónomo propio sustentado en la reflexión y el conocimiento y sus resultados son tan reales y auténticos como los iniciales.

Ahora, ante el fraude que los sectores etnicistas e intransigentes del movimiento intentan perpetrar forzando la "desconexión", la secesión de iure y de facto, más allá de cualquier mandato "democrático", es más, "contra" el resultado de un plebiscito en el que una mayoría minoritaria no triunfó y sin embargo intenta imponer su voluntad sobre un conjunto de minorías mayoritarias que sí salieron victoriosas, uno se siente tentado de tomar partido resuelto contra estos secesionistas de quienes, francamente, esperaba mucho más y que claramente han optado por la independencia a cualquier precio. Ya deberíamos saber, por experiencia histórica, que cuando el fin justifica los medios el fin se ha perdido irremisiblemente. Hace un par de años, Alfred Bosch, uno de los políticos de talla del movimiento, pese a la "escenita" esperpéntica del balcón del Ayuntamiento durante las Fiestas de la Mercè, dijo que los independentistas "debían seducir" a los no independentistas para obtener su propósito. Ha habido tiempo más que suficiente y predisposición de uno para dejarse embaucar pero las ambigüedades, incoherencias, frivolidades y negaciones de lo obvio de algunos, de muchos, dirigentes del proyecto, lejos de lograr esa conquista están a un paso de conseguir la oposición y animadversión más rotunda porque al diálogo y la persuasión de Junqueras, Bosch o Ridao, han sucedido las mentiras y dislates de Romeva, del detestable Artur Mas y, sobre todo, la actitud de esa Carme Forcadell que, como dice un amigo cruelmente, lejos de "haber perdido su rictus de virgen con el triunfo electoral, lo ha agudizado" y que se ocupa de recordarle a uno cada día que ni le representa ni es la presidenta del Parlamento de todos los catalanes, poniéndose a la exacta y misma altura que Felipe VI, Aznar, Zapatero o ningún presidente de la España posterior a 1981.

Con todo, lo peor no ha sido la actitud de la clase política secesionista, sino el hecho de que la inmensa, por no decir absoluta, mayoría de mis amigos o conocidos partidarios de la independencia han hecho suya esta reinterpretación tramposa en clave de victoria del plebiscito y la posibilidad de entablar con ellos una discusión franca, leal y racional se ha evaporado: el encono sentimental ha llegado a tal punto que en algún caso ha habido, por vez primera en estos años de efervescencia nacionalista, enfrentamientos verbales duros, desconsideraciones y hasta alguna velada acusación de criptoespañolismo que a uno no le ha sentado nada bien. Francamente, es excesivo, exagerado y no presagia nada bueno. Si estos son los mimbres de la futura República catalana vamos listos.

Afortunadamente, las palabras anteriores se escriben desde esa Crónica privada y clandestina, desde la proximidad y la renuncia a permitir el trabajo de las mediaciones y la negatividad, desde el exabrupto del despechado. Pero debería  recordarse, para ser justos y evitar ese dominio estúpido de la emoción bruta y grosera al  que se entregan los nacionalistas de ambos bandos, que frente a esa monja laica y despreciativa que ejemplifica lo peor del secesionismo están algunos de los líderes de la CUP, el único partido que, en rigor, nunca ha engañado a nadie que no quisiera autoengañarse, o el renovador y protagonista decisivo del secesionismo contemporáneo, Josep-Lluís Carod-Rovira, lejanos todos ellos al etnicismo y el atropello de la "voluntad" expresada en las urnas y, sobre todo, están las decenas de miles de secesionistas que rechazan la edificación de un país como finalidad en sí misma, que no se cobijan bajo una esencia del "pueblo catalán" que administrará la existencia en el futuro en este nuevo "país de jauja" y que creen firmemente, aunque uno pueda considerarlos ingenuos, que la secesión de Catalunya ofrece la oportunidad de levantar una organización social más justa y por ello merece la pena el empeño.

Y, en justicia también, recordar que del otro lado del Ebro, ante esta insurrección de las élites catalanistas, que algunos llaman - pornográficamente - "revolución", no todo se acaba en la réplica de las españolistas atrincheradas en su aparente posición de fuerza y su absoluto desprecio de los deseos de la mitad de los catalanes, sino que miles, tal vez millones, de ciudadanos del estado español apoyan la serenidad de un partido como Podemos y están de acuerdo en proponer un referéndum políticamente vinculante y una mesa de diálogo que debería sentar las bases bajo las cuales esa consulta sería váĺida y legítima, quizás en forma de una "Ley de Claridad" a la canadiense. Y, después, "que cada palo aguante su vela" y si se ha de partir España se parte y si se ha de renunciar a la Catalunya independiente, se renuncia. Pero eso, lamentablente, uno augura que no sucederá...

Para concluir, dice mi amigo Guillermo que una conocida secesionista justificaba su voto por la independencia en que estaba harta de sentirse tratada "como una mierda" por los españoles en su conjunto. Como él le respondió, ahora los no-nacionalistas nos sentimos, también, "como una mierda". No es mucho pero algo es algo lo que se ha logrado: una especie de socialización del menosprecio.

Desde Catalunya, sintiéndose "como una mierda", punto final.

16 de noviembre de 2015

La más que centenaria lucha contra la enseñanza memorística y la "Nueva Educación" (II)


La "Nueva Educación" propuesta por Fichte, que debe dejar atrás la enseñanza memorística, es concebida - al modo de la mayor parte de las corrientes pedagógicas contemporáneas que hacen bandera de la renovación y la innovación - como una educación integral y completa frente a la educación pasada, antigua, que cercenaba el desarrollo del individuo potenciando unos aspectos en detrimento de su desarrollo como una totalidad y, asimismo, como una educación que le acerca a la vida, a la existencia fáctica, a la realidad: "La penetración hasta la raíz de la emoción y del movimiento de la vida, carente en la educación pasada, es lo que la nueva educación tendría que añadirle, y así como ésta, a lo sumo, ha ofrmado algo en el hombre, la nueva tendría que formar al hombre mismo y su formación no tendría que ser algo que puede poseerse o no, como se ha dado el caso hasta ahora, sino, antes bien, un componente personal del educando" (p240).

¿No sigue flotando un cierto "aire de familia" si, por ejemplo, uno se adentra en el marco del novísimo, avanzado y ultramoderno "Project Zero" de Harvard? Una de sus investigadoras principales, Verónica Boix Mansilla, escribe en "Educating for Global Competence: Learning Redefined for an Interconnected World": "To succeed in this new global age, our students will need capacities that include but go beyond reading, mathematics and science they will need to be far more knowledgeable and curious about world regions and global issues, attuned to diverse perspectives, able to communicate across cultures and in other languages, and disposed to acting toward the common good.  Put simply, preparing our students to participate fully in today’s and tomorrow’s world demands that we nurture their global competence which herein is defined as the capacity and disposition to understand and act on issues of global significance".

¿La línea que se podría trazar entre Fichte y Howard Gardner y sus colegas es tan fina que resulta puramente imaginaria o pudiera ser más bien sólida y firme como resultaría del hecho de haberse ido trenzando a lo largo de no menos de doscientos años?

13 de noviembre de 2015

Crónica de la Nueva Edad (13/11/2015)


Al día siguiente del "espectáculo" de la simulada Declaració Unilateral d'Independència, el editorial de La Vanguardia era inusualmente duro con los secesionistas:

"No es inteligente. No es justo. No es necesario. No fue eso lo que se votó el pasado 27 de septiembre.


Después de más de tres años de intensas movilizaciones cívicas en favor de un mayor reconocimiento de Catalunya y de un trato más justo, llega el momento del error. Es decepcionante. Esas movilizaciones empezaron a desarrollarse en el 2010, inmediatamente después de la infausta sentencia sobre el Estatut, bajo la enseña del soberanismo, es cierto, pero desde el primer día han agrupado muchos matices y sensibilidades, logrando reunir a mucha gente con la premisa del gradualismo y la tranquilidad. El error del 9 de noviembre del 2015 consiste en dividir ese caudal cívico, instalar a la gran mayoría de la sociedad en una fase de angustia y alimentar, todavía más si cabe, los anticuerpos españoles contra el autogobierno catalán. Con el gesto de ayer nada se refuerza en Catalunya, salvo la genuina radicalidad de un partido que no alcanza el 10%. Nada se refuerza y el conjunto social sale perdiendo".

La definitiva defección del buque insignia del Grupo Godó respecto a la estrategia actual de los secesionistas resulta especialmente jocosa: lo que les pone nerviosos "es que va en serio" y que quien maneja el timón de la de la mano del buque no es su querido Mas sino "los cuperos", como ellos los llaman. Los aprendices de brujo del Grupo, que a la manera de Arzallus y ETA menearon el árbol y jalearon el giro secesionista de Convergència para recoger sus beneficios empresariales con un nuevo mercado que dominar, ahora se lamentan del curso que están tomando los acontecimientos. "¡Catalunya en manos de los antisistema!" claman. No sería de extrañar que ellos, que junto a los medios de comunicación filosocialistas y las élites "progres" del país, provocaron la crisis de opinión pública que dio alas a los secesionistas que hasta entonces eran minoritarios, suspiren pronto por una internvención contundente de España que les salve de las garras de los anarquistas y comunistas irredentos que pueblan las CUP. Tiempo al tiempo. No sería la primera ni la última vez que este conglomerado representativo de la burguesía oligárquica catalana cambia de caballo a medio camino. Pero esta vez, a diferencia de en los años 30 es poco probable que consigan salirse con la suya.

"De aquellos polvos vinieron estos lodos" que les enfangarán tanto que, con un poco de suerte, algún día podríamos encontrar que en el edificio de la actual redacción del periódico se instalara el de la más honrada Endavant y en lugar de las letras "Grupo Godó" sobresalga, en plena Diagonal de Barcelona, una enorme estrella roja. Lástima que seguramente no sucederá... Lástima.

P.S: Por cierto. revisando cuadernos comprueba uno que Xavier ha escrito también al respecto con más extensión y, también, más acidez.

11 de noviembre de 2015

Crónica de la Nueva Edad (11/11/2015)


Que no se hagan muchas ilusiones opinadores y políticos madrileños, españolistas y unionistas esperanzados de Catalunya: Mas, ese cínico trilero, será investido president de la Generalitat. El 9 de enero o antes. Las CUP tal vez no cedan en principio pero no necesita más que 2 votos a favor y unas pocas abstenciones y hay muchas fórmulas para lograrlo. Ya ha habido un diputado de Catalunya Sí que es Pot díscolo: puede haber otros. Y, sobre todo, cuando lo que preside la posibilidad de acuerdo es prioritariamente imaginario y no se corresponde forzosamente con nada empíricamente existente, puede ser modelizado de tal forma que todos los participantes en el posible pacto arguyan que ha sido su representación la que ha salido triunfante. Los secesionistas creen jugarse demasiado en el envite como para mandarlo todo al garete ahora. Habrá acuerdo y el tren seguirá acelerando e incrementando así su impacto con el otro expreso que ya ha salido de la capital de España.

Eso sí. La sensación dominante, por lo que uno ha visto estos días al menos en Barcelona, no es el entusiasmo sino el desasosiego: incluso los secesionistas más irreductibles confiesan que "esto no se sabe cómo acabará", lo mismo que, con la boca pequeña, afirman esos españolistas que creen llegada la hora de la verdad y el fin de las veleidades separatistas.

10 de noviembre de 2015

La más que centenaria lucha contra la enseñanza memorística y la "Nueva Educación" (I)


Antes del verano, con ocasión de la lectura de uno de los clásicos de la biliografía secundaria sobre Ludwig Wittgenstein, La Viena de Wittgenstein de Janik y Toulmin, quedó constancia por aquí de que la lucha contra el papel de la memoria en la formación del individuo no es una ocurrencia reciente de las nuevas pedagogías o las corrientes innovadoras en la educación y/o la enseñanza sino que tenía, al menos, un siglo de historia.

Sin embargo, estudiando los Discursos a la nación alemana de Fichte uno puede apercibirse de que quizás con la "Nueva Educación", con la "educación integral" y con la "crítica a la memoria" pase algo parecido a lo que sucede con el concepto de "crisis" en la tradición del pensamiento y la cultura occidental: que es tan antigua que parece ir de la mano de ésta desde hace mucho tiempo, tal vez desde sus inicios.

Así, escribía Fichte, en fecha tan temprana como el invierno de 1807-1808, acerca de la necesidad de una "Nueva Educación" que conservara la existencia de la nación alemana, que penetrara "hasta la raíz de las verdaderas emociones" (una auténtica educación emocional avant la lettre) y que fuera una "formación de la nación a secas" llevándola hacia "todo lo que es germánico sin excepción": "La enseñanza pasada, por regla general, se concentraba  en el estado actual de las cosas solamente, tal como fueran y tuvieran que creerse y anotarse, sin que se pudiera indicar una razón de ello. Es decir, se dirigía a un mero interpretar pasivo con la facultad de la memoria al servicio de las cosas...  Que no piense la pedagogía más reciente poder escudarse contrea este reproche apoyándose en su repugnancia ante el aprender de memoria mecánico, testimoniada a menudo y en sus notorias piezas maestras de cuño socrático; pues sobre esto hace tiempo que en otro lugar ya recibió la sustancial respuesta de que estos razonamientos socráticos igualmente se aprenden sólo de memoria y que este aprender de memoria es aún más peligroso por cuanto da al educando que no piensa la apariencia de que puede pensar... Del estado de la enseñanza pasada se colige, de una parte, el motivo por el cual el educando aprendía con desgana, por regla general, y por eso lento y poco, y a falta del estímulo desde el propio estudio, había que recurrir a estímulos extraños... La memoria, cuando se utiliza sola y sin que deba servir a ningún otro fin espiritual, es más bien un tormento que una actividad del alma y es comprensible que el educando acepte este sufrimiento con la mayor desgana. Igualmente, el conocimiento de cosas extrañas que para él no tienen el mínimo interés, y de sus propiedades, es una mala compensación del tormento que le acarrea (sn)" (Trad. de Angel Juan Martín, p240,241,250,251).

En los albores del Romanticismo ya se hallaría suficientemente establecida una topología del rechazo a la memorialística mecánica y pasiva que hace sufrir al estudiante, provoca que la desgana ahogue su aprendizaje y le obliga a emplear el tiempo de su instrucción en cosas extrañas que no tienen para él el mínimo interés acarreándole a cambio un tormento tan descomunal que no puede ser compensado suficientemente.

¿No se puede hallar un cierto "aire de familia" común entre las líneas maestras del romanticismo fichteano y buena parte de las ideas fundamentales de esa corriente que se adscribe a cualquiera de las múltiples formas de la "Renovación pedagógica" especialmente en Catalunya?

6 de noviembre de 2015

Crónica de la Nueva Edad (06/11/2015)


Aunque la precaución del descentramiento, de la excentricidad del sujeto narrador respecto a los acontecimientos históricos que en futuros relatos de la disciplina "Historia" se considerarán relevantes para el curso de la existencia social, siempre debería ser tomada en cuenta parece que en Catalunya y en España una gran mayoría de ciudadanos y la práctica totalidad de las élites políticas, así como las productoras de opinión y de cultura, consideran que nos hallamos ante los meses decisivos en la resolución del conflicto catalán aunque quepa discutirlo.

Así, por lo que uno ve y escucha últimamente, en esa Catalunya ya desconectada de facto y casi de iure de España que comprende prácticamente la mayor parte del territorio excepto los núcleos urbanos, zonas metropolitanas y cercanías de Barcelona, Tarragona y Lérida (donde se concentra la mayoría de los ciudadanos catalanes, dicho sea de paso), se da por seguro que la independencia es inminente. Parecen admitir dos desarrollos posibles del acontecimiento: los más optimistas creen que tras la próxima declaración del Parlament de Catalunya una España impotente y débil claudicará a causa de su incapacidad para actuar; los más "realistas" creen que una brutal e impotente España revelará su verdadera y tradicional faz, suspenderá la autonomía y traerá los tanques y la Guardia Civil, que desfilarán por la Diagonal, en un postrero intento de evitar lo inevitable antes de que la rebelión pacífica del pueblo catalán, combinada con la presión de los "aliados" de Catalunya y la comunidad internacional en general, les obligue a volver a cruzar el Ebro con el rabo entre las piernas y aceptar la secesión de Catalunya.

Por otra parte, en esa España tan irreal y construida mediática y políticamente como la Catalunya desconectada, que ahora parece apercibirse de la gravedad del contencioso catalán después de haberse pasado años hablando del soufflé que se deshincharía, de la proverbial cobardía de los catalanes, de que el problema catalán se solucionaría con una inyección de dinero dada a modo de limosna, etc. también se espera, desde el lado más optimista, la implosión del secesionismo por el cul-de-sac en el que creen que se halla y, desde el más "realista", su acabamiento mediante la ejecución de una batería de medidas judiciales y policiales que segarán la cabeza del movimiento.

Por ceñirse al lado al que uno está más cercano físicamente al menos, el secesionista, el problema es que algunos sucesos de estos días parecen estar desconcertando a una parte de esas élites y de la masa social ya desconectada al sugerir que el escenario podría no coincidir con ninguno de esos dos prefigurados imaginariamente. Así, la desconexión "automàtica" se está dando de bruces con la "obstinación" de las CUP en no investir a Mas, fiel correlato del mesianismo de los etnicistas que no aceptan otra posibilidad que la de no ser guiados a la Tierra Prometida por su Líder (hay que evitar otros términos sinónimos...), hasta el punto que el cruce de las acusaciones entre ambos bandos está empezando a subir peligrosamente (para la salud y cohesión del movimiento) de tono. Con todo, uno es de la opinión que es más probable que las CUP o Catalunya Sí que es Pot acaben cediendo dos diputados por las buenas o à la Tamayo - aunque eso sería mortal para la legitimidad moral del movimiento entre sus bases - a fin de evitar unas nuevas elecciones de las que, sorprendentemente, los secesionistas no quieren ni oir hablar: como si ya creyeran haber tocado techo y el riesgo de resquebrajamiento de su edificio fuera enorme, lo cual tal vez sea más una hipocondria que un temor razonable.

Pero si la desconexión líquida y suave presenta algunas resistencias inesperadas, obstáculos insólitos, el horizonte del enfrentamiento ha perdido bastante fuelle. Por una parte, el ministro del Interior dio al traste con el símbolo por excelencia del imaginario de la intervención española. La imagen de la Guardia Civil marcando el paso por la Diagonal, esperado por la mayor parte de los secesionistas románticos y etnicistas, fue borrada por el ministro del horizonte de posibilidades: "no somos tan tontos" (y aquí hay que recalcar, como hace mi amigo Robert, el "tan"). Por otra, el secretario general de las Naciones Unidas no contempló el caso de Catalunya como susceptible de encajar en el marco del ejercicio de los pueblos a autodeterminarse y cercenó el optimismo con el que algunos ideólogos del movimiento esperan la salida del atolladero: sin ir más lejos, el presidente de la ANC, Jordi Sánchez o algún que otro asesor que ya hace un par de años planteó en privado ante un amigo este objetivo como finalidad pragmática de toda la agitación. Y, finalmente, el "aliado natural" por excelencia de los secesionistas catalanes (a ojos de estos), los nacionalistas vascos, les ha vuelto a dejar en la estacada, moralmente hablando, al rechazar el procedimiento unilateral que han seguido y desmarcarse de una posible unidad de acción que, verdaderamente, podría poner al estado español al límite.

Ninguna de los tres contrariedades es grave o irreversible. Sin embargo, aunque sea difícil saber si la incertidumbre que está apareciendo con fuerza en conversaciones y medios por estas tierras está socavando el "ánimo secesionista", como ya anotaba Klemperer en su época es imposible captar desde la perspectiva de un sujeto cuál es el "sentir dominante" en una colectividad, hay que reconocer que la huída hacia adelante quizás esté introduciendo más elementos de riesgo en la empresa de la secesión de los que debería. Tal vez un planteamiento menos maximalista y más respetuoso con la pérdida del plebiscito les situaría en una perspectiva mejor que la que se estaría empezando a dibujar en estos momentos.

Pero la paciencia y la prudencia no se avienen demasiado bien con el entusiasta espíritu romántico...

4 de noviembre de 2015

Bienvenidos sean los comentarios


Cuando este Blog se puso en marcha, Esteban Gutiérrez, "Baco", preguntó extrañado porqué no se permitían los comentarios: ésa era, a su entender, el interés de estos cuadernos del ciberespacio, la interacción con los lectores. No le faltaba cierta parte de razón pero uno no fue capaz de decidirse a dar ese paso hasta cierto punto lógico. En realidad, la idea inicial era abrir el "taller" de la escritura y la reflexión que rodeaban a la actividad poética para mostrar las condiciones de emergencia (Nietzsche) intertextuales del texto literario: dar cabida a todo lo que constituía el caldo de cultivo de los poemas, mostrar lo que se quedaba fuera y lo que uno creía, subjetivamente, que entraba pero que otros no veían y, probablemente, siguen sin verlo.

El caso es que ese propósito inicial fue desviándose desde hace un par de años tanto por la fuerza de los imperativos del entorno socio-histórico como por la sequía en lo que hace a la escritura poética se refiere y por un cierto "retorno de lo reprimido": la vuelta a primer plano de viejas preocupaciones filosóficas y políticas (por supuesto también éticas) cuyas soluciones provisionales se han ido revelando, con el paso del tiempo, ineficaces. El auge del irracionalismo, de las políticas y éticas emotivistas, la fuerza corrosiva del relativismo burdo y simplón, las nuevas formas de totalitarismo, la pervivencia robusta del mito y la religión, la evolución del capitalismo y sus alternativas... ocupan ahora el eje del tiempo libre de uno - y a veces del ocupado - y reclaman más el diálogo, la confrontación crítica y la puesta a prueba de argumentos que un trabajo literario que todavía permanece del lado, ideal, de la voluntad de máxima autonomía.

Bueno pues por eso, y por algunos otros motivos menos confesables, desde ahora en este Blog son bienvenidos los comentarios.

2 de noviembre de 2015

Argumentos agnósticos


La crítica a la religión y sus formas secularizadas (por ejemplo el nacionalismo) no debería hacer olvidar que la pregunta acerca de la existencia de Dios sea cual sea la forma variable en que se formule está lejos de poder ser respondida, filosóficamente hablando, con las mismas armas que los creyentes: es decir, con meras creencias. En este sentido, la posición atea está tan lejos del sentido común racional como la fe y, a primera vista y a estas alturas de la historia, la opción más razonable debería ser la agnóstica. No es ahora ni el lugar ni el momento de emprender una justificación que sería larga y para la que uno no sabe ni si está capacitado ni siquiera si, en caso de que lo estuviera, merecería la pena el dispendio de energías que requeriría. No obstante, valdría la pena apuntar que durante este último año, lejos de teologías o denuncias de la religión, uno ha encontrado un par de argumentaciones, de sesgo antropomórfico evidentemente y por tanto más ilustrativas que demostrativas, que avalarían la prudencia agnóstica frente a cualquier forma de taxatividad.

Así, escribía Viktor Klemperer en su diario,  "La nada -en tanto que conciencia personal, y por lo tanto la nada real— es, indudablemente, probabilísima, y todo lo demás improbabilísimo. Pero ¿no vivimos constantemente, desde 1914 y más aún desde 1933 y en los últimos tiempos de un modo masivo, lo absolutamente improbable, lo monstruosamente fantástico? Lo que antes era absolutamente inimaginable ¿no se nos ha convertido en algo normal y cotidiano? Si he vivido las persecuciones de Dresde, si he vivido el 13 de febrero, si he vivido estas semanas de huida, ¿por qué no voy a vivir (o, mejor, «morir») también que Eva y yo volvamos a encontrarnos en algún sitio, con alas de ángeles o dotados de alguna otra curiosa forma? No sólo está retirada de la circulación la palabra «imposible», sino que también «inimaginable» ha perdido toda validez." (18 de marzo de 1945).

Y unos siglos antes, Pascal anotaba: "¿Qué razón tiene para decir que no se puede resucitar? ¿Qué es más difícil, nacer o resucitar, que exista lo que nunca ha existido o que lo que ha existido siga existiendo? ¿Es más difícil empezar a aser que volver a ser? La costumbre nos hace lo uno fácil, la falta de costumbre hace lo otro imposible. Vulgar forma de juzgar" (Pensamientos, trad. de J. Llansó, p260).

En la inacabable tarea de poner límites a la creencia ciega que sustenta la religiosidad en sus distintas formas no debe olvidarse el freno a su envés, esa dogmática negación de su contenido mediante el mantenimiento de su estructura: el ateísmo.

Frente a la soberbia del sentimentalismo negador o afirmador la humildad de la duda racional.

30 de octubre de 2015

Algunas observaciones sobre "la sociedad del espectáculo" (XVII)


La abolición de los límites, el Truman's show, distingue, en la sociedad del espectáculo, la distribución de los antiguos papeles de actor y espectador y al hacerlo parece otorgarle a este último la engañosa posibilidad de protagonizar una Historia que funciona como una especie de “macrofestival”. Esta supresión de fronteras afecta también a la ya deteriorada separación entre “lo público” y “lo privado”. Si hasta el desarrollo de la radio y la televisión el espectáculo se constreñía  al escenario, la vía pública o los salones que se abrían a los invitados, con el desarrollo de los medios de comunicación de masas el espectáculo invade la esfera privada, la coloniza: el espectáculo puebla no sólo el salón sino todas las dependencias de la casa - e incluso del trabajo - y las representaciones extienden su horario, su ámbito y su público cada vez más hasta rozar la frontera de la intimidad en la que en ocasiones consiguen penetrar. Con la Red, esta invasión se convierte en prácticamente total: las imágenes, ficciones y creaciones se infiltran en el antaño cerrado recinto íntimo y lo saturan.

(Observaciones anteriores)

26 de octubre de 2015

Crónica de la Nueva Edad (26/10/2015)


Aunque uno debería atenerse siempre que sea posible al principio de mediocridad en su sentido más amplio y evitar, así, juzgar apresuradamente el contexto social e histórico en el que vive y considerarlo como central o decisivo, como eje que condicionará decisivamente el futuro, parece que quizás el "procés" como se denomina aquí al empeño secesionista, haya llegado a un momento crucial en el que su suerte más inmediata esté a un paso de decidirse en buena medida.

El otro día uno de las almas simbólicas del movimiento, Vicent Partal, advertía en un editorial con el título "Tremolen les cames?" que "El 27 de setembre l’independentisme va guanyar amb claredat a Catalunya. Vot a vot i escó a escó. L’independentisme va guanyar unes eleccions extraordinàries, convocades com a plebiscitàries. Unes eleccions que no van ser convocades per conformar un govern autònom amb un programa per a governar l’autonomia, sinó per a avançar cap a la independència en un termini breu. I no cal que recorde la campanya i el joc brut que va haver-hi.

Malgrat tot, i contra tots ells, el país es va expressar amb la màxima claredat imaginable. De manera magnífica. I això, la victòria, ha activat la fase d’emergència a l’altra banda. Aquella que vam veure a Grècia fa unes setmanes també: allò que la gent va guanyar a les urnes no s’ha de poder aplicar i punt. I qualsevol mètode valdrà per a impedir-ho."

("El 27 de septiembre el independentismo ganó con claridad en catalunya. Boto a voto y escaño a escaño. El independentismo ganó unas elecciones extraordinarias, convocadas como plebiscitarias. Unas elecciones que no fueron convocadas para conformar un gobierno autónomo con un programa para gobernar la autonomía, sino para avanzar hacia la independencia en un plazo breve. Y no es necesario que recuerde la campaña y el juego sucio que hubo. Pese a todo y contra ellos, el país se expresó con la máxima claridad imaginable. De manera magnífica. Y eso, la victoria, ha activado la fase de emergencia en el otro lado. Aquella que vimos en Grecia hace unas semanas también: aquello que la gente ganó en las urnas no se ha de poder aplicar y punto. Y cualquier método valdrá para impedirlo").

El editorial muestra ejemplarmente la estrategia que ha resuelto adoptar el ala más radical del secesionismo que es, en este momento, absolutamente hegemónica: negación de la derrota plebiscitaria para trocarla en un aval mayoritario a la independencia unilateral de Catalunya amparándose en un innegable triunfo electoral y desplazando el plebiscito a los arrabales del discurso.

Que el plebiscito, en cuanto tal, fue perdido por los secesionistas y que éste afectaba a la "Hoja de ruta", que preveía una DUI (Declaració Unilateral d'Independència), está siendo ignorado absolutamente. No les falta razón a los secesionistas cuando discuten que el plebiscito lo fuera sobre la independencia pero lo que debería ser indiscutible, y ahora es falazmente ocultado, es que era sobre un plan que incluía la desconexión unilateral del estado español en 18 meses. Y se disimula, oscurece o reduce al silencio, que este plan fue rechazado por el pueblo catalán: aunque sólo fuera por unos miles de votos, lo cierto es que fue rechazado. Pero aquí el milagro nacionalista, que por ello tanto se parece a la religión, entra en funcionamiento: se niega cualquier evidencia contraria a su modelización de la realidad y se reinterpretan los hechos para concluir que, de hecho, el pueblo catalán votó mayoritariamente a favor de la independencia apoyándose en el reparto proporcional de escaños y releyendo los votos de Catalunya Sí que es Pot y Unió en clave secesionista. Ejercicio de prestidigitación que dice poco de quienes han asumido definitivamente las riendas del movimiento: los románticos intransigentes que, además, son  - en su mayoría - fuertemente etnicistas.

No es algo que a uno le agrade lo más mínimo pues esta victoria de los románticos etnicistas en el movimiento y su voluntad firme y tenaz de seguir "hacia adelante" (o de "huir hacia adelante") pese a quien pese, pone los últimos mimbres precisos para levantar el escenario del "Guatemala o Guatepeor" y prefigura una serie de evoluciones posibles posibles que, aun en el hipotético caso del triunfo final secesionista, presumiblemente desembocarán en un estado fallido acompañado del riesgo de un enfrentamiento civil no sólo con España sino incluso en la propia Catalunya pue sno parece que los románticos etnicistas asimilen bien que existe otra mitad del pueblo catalán que se ha manifestado contra la independencia unilateral en un breve plazo.

Claro que, en la visión de los etnicistas, esta otra mitad no forma parte en rigor del "pueblo catalán"...

Y, mientras, en España parece que la balanza se inclinará hacia los más beligerantes con Catalunya. Cuando un periódico como El País, habitualmente proclive al reconocimiento de la "singularidad catalana", es capaz de titular "España fuerza en la ONU un mensaje contra el independentismo catalán" y subtitular "El Gobierno impulsa una declaración de Naciones Unidas que recalca el principio de la integridad territorial", olvidando que el texto aprobado señala que se debe "respetar el principio de la igualdad soberana de todos los Estados, su integridad territorial e independencia política" pero también "el derecho a la libre determinación de los pueblos", es que las aguas del nacionalismo español están empezando a agitarse y su espuma llega hasta las costas más morigeradas. Nada bueno.

23 de octubre de 2015

Esther, Satie y Martin: una experiencia sinestésica

http://unaexperienciasinestesica.tumblr.com

Lleva Esther más de dos décadas trabajando en torno a la obra de Erik Satie. Al principio en el marco de un repertorio en el que fue reemplazando paulatinamente a Chopin o Schumann hasta convertirse en el eje fundamental y en los últimos años como punto de partida de un proyecto sinestésico en el que pintura, música y textualidad se entrecruzan en diversos momentos de la Historia de la Música. De este proyecto, una primera parte verá la luz en forma de exposición en el Espai 30 (C/ Honduras 30) de Barcelona entre el 26 de octubre y el 14 de noviembre con una actuación inaugural, claramente intempestiva pues tendrá lugar el 4 de noviembre, dedicada a los Sports et divertissements obra de Satie basada en los dibujos del ilustrador art déco Charles Martin. La exposición mostrará los dibujos de éste, las partituras correspondientes de Satie - escritas no sólo para ser interpretadas sino también para ser leídas, los textos que escribió a propósito de cada composición y un montaje en video en el que la experiencia sinestésica se construye a partir de una navegación por todos y cada uno de los dibujos coloreados por la pintora y urban sketcher Montserrat Fando. Mal le está a uno decirlo pero como ha asistido a la génesis y desarrollo de la idea, no puede por menos que recomendar emplear un rato en pasarse por la sala y ver el resultado final y asistir a la performance del día 4.

Por cierto: es meramente accidental que se trate de un trabajo de la mujer con la que vivo hace muchos años.

21 de octubre de 2015

Escribe Pascal


"Tenemos una incapacidad de probar, invencible para todo dogmatismo.
Tenemos una idea de la verdad invencible para todo pirronismo" (Pensamientos, trad. de J. Llansó, p124-125).

19 de octubre de 2015

Algunas observaciones sobre "la sociedad del espectáculo" (XVI)


En esta "tercera naturaleza" la relación entre representación y espectador se alteraría sustancialmente. En la primera naturaleza todos seríamos espectadores: el espectáculo sería exterior al sujeto y estaría nítidamente separado de él; el espectador asiste al espectáculo natural sin protagonizarlo pues todos los sujetos son únicamente contempladores pasivos de la representación. En la segunda naturaleza, del espectador se segregaría el actor que cargaría con el peso de aquélla. Éste está, sin embargo, separado y netamente distinguido de aquél: ocupan lugares que no son intercambiables; el espectáculo se representa exteriormente al sujeto pero algunos individuos dejan de ser meros entes pasivos y pasan a participar activamente en el espectáculo. En la tercera, por contra, todo espectador está en posición de actor y a la inversa: la frontera que los distingue se ha vuelto tan permeable que los espectadores están en condiciones de convertirse a menudo en auténticos protagonistas de la representación y los actores en muchas ocasiones se convierten en meros asistentes, en observadores de un espectáculo susceptible de acoger a todos y cada uno de los espectadores posibles como protagonista.

(Observaciones anteriores)