11 de marzo de 2015

Un fragmento de "El canto del pueblo judío asesinado" de Katzenelson



"¡Griten de entre el polvo, desde bajo las piedras,
desde las arenas, desde las llamaradas, desde las columnas de humo,
es vuestra savia y sangre, la médula de vuestro hueso!
¡Alcen la voz , griten con fuerza!

¡Griten desde las entrañas de las fieras del bosque, desde los peces del río
que los devoraron! Griten desde los hornos crematorios, hombres, mujeres y niños.
¡Yo quiero un escándalo, yo quiero un clamor dolorido, quiero escuchar vuestra voz!
¡Grita pueblo judío asesinado! ¡Deja que estalle tu grito! […]

Vengan todos, de Treblinka, de Sobibor, de Auschwitz;
Vengan de Belzhitz, de Ponar, de todo lados; vengan
De entre musgos podridos, desde los pantanos, desde las profundas ciénagas,
Vengan con ojos desorbitados, con gritos congelados y sin voz. […]

Déjense ver, muéstrense ante mí, vengan, vengan;
Quiero verlos a todos, quiero mirarlos, quiero
Echar una mirada muda sobre mi pueblo asesinado,
Y voy a cantar… Sí… ¡tomo el violín y canto!" (El canto del pueblo judío asesinado, Canto I, trad. de Eliahu Toker, p19-21)