19 de enero de 2016

"Viga" de Gsús Bonilla


Y, coincidiendo con la publicación de Contra Visconti, llega por correo un ejemplar del nuevo libro de Gsús Bonilla, Viga, editado por las Ediciones Liliputienses de José María Cumbreño cuyas realizaciones, dicho sea de paso, son cada vez más cuidadas y atractivas.

Viga es, como dirían los críticos, "Gsús en estado puro". Los ejes temáticos de su poesía, la pobreza, la violencia, la represión política, la dureza de la cotidianidad, el momento casi redentor - podría decirse - del amor, la melancolía... vuelven a aparecer pero abordados en esta ocasión quizás sin la compasión de sus primeros libros, de Ovejas... sobre todo. Uno tiene la impresión de que ahora pesa más la acidez expositiva de Comida para perros aunque la ternura no ha abandonado por completo la composición de las situaciones. Asimismo, el estilo, que se había ido desplazando de la narratividad y coloquialidad de sus primeros textos hacia la exploración de formas más herméticas, parece haberse situado en este libro en una suerte de coexistencia pacífica de lo heterogéneo que, francamente, promete. Pero claro, quien escribe esto no es un observador demasiado objetivo: tengo debilidad por su obra y su persona.

Con todo, dejo aquí este poema para sustentar mis afirmaciones y legitimar la aspiración de que el juicio que acabo de emitir no sea peyorativamente subjetivo:

"EL CESTO

Todas  las manzanas
están podridas.

Si no lo crees
que venga Dios
y lo vea... o que se las coma."

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