14 de mayo de 2016

Escribe Aksiónov



"Florecía la literatura del realismo socialista. El formalismo ya había sido completamente eliminado de cuajo. Los poetas soviéticos, los dramaturgos y los novelistas, reunidos en una única organización, se afanaban en crear las obras que el pueblo necesitaba.
No se mantenían apartados de la vida pública. He aquí un ejemplo: ayer en el Pravda y en otros periódicos importantes se publicaron las primeras cartas de los trabajadores exigiendo la ejecución de los acusados en el proceso de los enemigos del pueblo, y hoy ya los escritores se habían reunido en la magnífica mansión de la calle Vorovski, en otro tiempo calle Povarskaya. Redactaban una petición para el humano gobierno soviético. Hay momentos en que es preciso contener la humanidad, querido camarada gobierno, cuando es necesario castigar a los enemigos sin piedad.
La reunión se celebraba en la sala grande del restaurante; donde habían retirado las mesas y habían llevado sillas suplementarias y una tribuna. «Donde se alzaba la mesa del festín ahora reposa un ataúd», había pensado más de uno pero, por supuesto, se lo había guardado para sí. ¡Al paredón, al paredón! Las palabras combativas del Partido retumbaban bajo el techo alto, giraban alrededor de la enorme araña, se embadurnaban por las vidrieras de las elevadas ventanas ojivales, crujían pesadamente a lo largo del parqué donde, sólo veinte años antes, revoloteaban los retoños del conde Olsufiev con sus institutrices pisándoles los talones. El poeta Vitia Gúsev decidió añadirse al sentimiento general de irreconciabilidad. Irrumpió en la tribuna y echó hacia atrás su cabellera con un movimiento brusco de cabeza.
—¡Soy poeta, camaradas! ¡Expreso mis sentimientos en verso!
El palacio condal se inundó de versos proletarios flameantes.

¡La ira del país truena con una sola voz!:
¡Al paredón, al paredón!
Fusilad a los traidores de la patria
resueltos a llevar a la URSS a la ruina.
Al paredón, en nombre de nuestra vida
y en nombre de nuestra felicidad,
al paredón."

(Una saga moscovita. Trad. de Marta Rebón, p244-245).

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