8 de mayo de 2016

Ética y política: a propósito de "La tiranía de los modos de vida" (II)


Sean concebidos como estructuras homogéneas o conglomerados heterogéneos o navegue a veces entre ambos polos, Hunyadi parece acertar cuando describe la paradoja característica de este principio de milenio: la hipermoralización de la acción y el pensamiento, un exceso que va acompañado, curiosamente, de una alarmante falta de reflexión sobre la eticidad de los "modos de vida" mayoritariamente adoptados. Como señala, los comités de ética, las deontologías y las prescripciones normativas sobreabundan en nuestra sociedad: multitud de "pequeñas éticas" han proliferado en casi todos los ámbitos. Éticas empresariales, periodísticas, del consumo, bancarias, animal, clínicas, ética de la investigación, de la docencia, de los negocios... Parece que no haya espacio de la vida social en el que no se haya establecido una normativización implícita o explícita, desde la corrección política en el uso del lenguaje hasta la creciente incorporación jurídica de reglamentaciones acerca de los derechos de los animales.

Sin embargo, esta sobreabundancia de éticas parciales, de microéticas, que parecería poner por fin bajo la égida del pensamiento moral muchos aspectos de la acción humana que antes eran dejados al pairo de la costumbre o la desregulación, habría dejado, por contra, fuera de su alcance crítico los ámbitos más generales y, entre ellos, la interrogación acerca de porqué las formas de vida codificadas actualmente dominantes deben ser preferidas a otras alternativas o posibles. No hay comités éticos que discutan la robotización general de la sociedad, ni la evolución de las telecomunicaciones, ni la calidad de las formas deliberativas democráticas dominantes. Y, especialmente, y en eso Hunyadi pone el dedo en la llaga, ninguna reflexión ética parece tomar a su cargo el "trabajo", el elemento nuclear de la absoluta mayoría de nuestros modos de vida, como si tras el hundimiento del socialismo existente y el ocaso de las ideologías comunistas, ya no fuera pertinente interrogarse sobre sus condiciones actuales: como si fuera un inmediato autoevidente y apodíctico sobre el cual no cabe análisis alguno.

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