27 de enero de 2017

Sostiene Vidal...

Que todo está preparado, que la Generalitat tiene los datos de todos los habitantes de Catalunya para confeccionar su propio censo, que tenemos 200.000 millones de euros a nuestra disposición para los primeros años de dificultades y penurias económicas gracias al préstamo de un país presumiblemente no europeo aunque haya once países de la Comunidad que nos reconocerán al día siguiente de proclamar la independencia, que nuestros mossos se están entrenando en tareas de contraespionaje, que tenemos un precauerdo con la OTAN, que... Esta retahíla de afirmaciones, y otras aun más fantásticas, le llegaron a uno esta Navidad por whatsapp. Un amigo me lo reenvió: se estaba difundiendo por grupos de esta mensajería afines al movimiento secesionista. Parecía el tipo de arenga delirante destinada a animar a unas huestes preocupadas, desanimadas o muy entusiastas, que de todo hay. Atribuí las afirmaciones no al ex-juez, pese a que "su" redacción de la Constitución de la República catalana ya me había parecido un esperpento egocéntrico, sino a un iletrado e imaginativo fanático que puso en su boca, y exageró, un supuesto plan que mostraría que todo estaba atado y bien atado y que la independencia no produciría incertidumbre alguna: ataríamos los perros con longanizas la misma noche de la secesión. Y ahora resulta, ¿ingenuo!, que era el propio ex-senador de ERC el que realizaba las mencionadas afirmaciones. Si lo que manifestaba es cierto acaba de hacer un flaquísimo favor al secesionismo al legitimar una investigación judicial - y, cabe preveer, policial - española y levantar una sospecha generalizada que da al traste con el sigilo que unos preparativos muy complejos exigen: acaba de dinamitar el factor sorpresa que estos planes parecían tener de su parte. Si es falso, se ha mostrado como un mentiroso y demagogo taimado, capaz de cualquier cosa para lograr la imposición de su ideal de una Catalunya independiente. Sea verdadero o no, lo que sí ha demostrado es una ineptitud que en nada desmerece a su patente debilidad intelectual.

25 de enero de 2017

Hechos alternativos

Produce sonrojo escuchar en boca del entorno de Trump una noción tan propia del relativismo simplón y romo de la izquierda radical como la de "hechos alternativos". Ya advertía Sokal que "pruebe usted a negar que existen aserciones verdaderas no dependientes del contexto y verá cómo no se limita a tirar por la borda la mecánica cuántica y la biología molecular. Arrojará también las cámaras de gas nazis, la esclavización de africanos en América y el hecho de que hoy esté lloviendo en Nueva York" (Más allá de las imposturas intelectuales, p134). Pero el sonrojo se convierte en rubor cuando, a las pocas horas, uno vio a conspicuos representantes de los medios de comunicación "progresistas", defensores de versiones más o menos atemperadas de ese relativismo, clamar por la existencia de "hechos" verdaderos e incuestionables, como el de que hubo, "objetivamente", menos asistentes en la toma de posesión del nuevo presidente electo que en las precedentes de Obama. "Cosas veredes amigo Sancho"... Ahora resulta que relativismo sí, pero dentro de un orden...

22 de enero de 2017

Excesos de la horizontalidad

La horizontalización del proceso de enseñanza, sustentada en un relativismo tosco, puede conducir a aberraciones como la protagonizada, según parece, por un sindicato de estudiantes de la Universidad de Londres que exige que desaparezcan del "programa filósofos como Platón, Descartes o Kant. Por racistas y colonialistas. En su escrito, el sindicato se refiere a estos —y a otros personajes históricos— como 'filósofos blancos'. Además, demanda que sean estudiados únicamente si el alumno lo solicita y siempre poniendo su pensamiento 'en el contexto'. Por ejemplo, los filósofos de la Ilustración deben ser explicados —y desacreditados— junto a su 'contexto colonial'.

Dejando de lado el anacronismo que supone aplicarles a estos autores categorías inexistentes en su época, lo cual no encaja en absoluto con los presupuestos historicistas que deben acompañar a cualquier relativismo serio, lo más preocupante no es que sean estudiados en su "contexto", incluso que este pueda ser considerado "colonial" (una opción metodológica que digna de ser debatida), sino que los estudiantes se crean investidos de la autoridad suficiente como para decidir qué debe ser estudiado y qué no cuando su nivel de conocimiento es, por definición, inferior al de quienes han establecido el plan de estudios. Claro que también resulta escandaloso que se ponga el grito en el cielo ante esta ridícula petición y, al mismo tiempo, se aplauda la movilización de los padres contra los deberes o se respalde su participación en el diseño del curriculum escolar. Francamente, sonando todo lo elitista que se quiera, no sé que pinta el que escribe opinando acerca de qué debe estudiarse y qué no en la asignatura de Física durante la secundaria o, a su vez, la pescadera a la que le compro las merluzas sobre el programa de Filosofía.

Al menos en la instrucción pública, la horizontalidad nos conduce a situaciones delirantes al socavar la distinción sobre la que se funda su propio sentido: la diferencia entre los que saben, y transmiten su conocimiento, y los que no saben y han de aprender. Si se suprime, se está ante la noche en que todos los gatos son pardos que denunciaba Hegel.

18 de enero de 2017

Élites

Está uno por aceptar que, efectivamente, el eje de oposición élite/masa no sólo pueda ser sociológicamente relevante en determinados análisis sino que tal vez lo sea, también, políticamente. Aun cuando la mayor parte de la descripción marxista acerca del papel de la lucha de clases en la dinámica social parece mejor fundamentada y más acorde con los hechos, en el actual estado de las sociedades occidentales es posible que la contraposición entre la minoría privilegiada y la mayoría dirigida juege un papel nada desdeñable y atraviese las clásicas separaciones entre grupos sociales en función de su capital modificando los antagonismos tradicionales. Por ejemplo: al leer las palabras de Meryl Streep, jaleadas por tantos representantes de los grupos protagonistas de "la sociedad del espectáculo" que forman parte de esa élite, se puede entender una reacción, silenciosa, que pone a muchos en manos de Trump y a otros nos sitúa en un aparente terreno de nadie que muchos entendimientos precarios considerarían "derechista". Decir que - presumiendo que la traducción es más o menos adecuada - "Hollywood avanza gracias a los extranjeros y a los que llegan del exterior. Si los echamos a todos, no tendremos nada para ver más que fútbol (americano) y artes marciales combinadas, que no es un arte", establece - entre otras valoraciones - una distinción burda entre la actividad desempeñada por los colectivos asociados a la industria cinematográfica, que se equipara a la alta cultura, y la vulgaridad de aquellos espectáculos de consumo que realizan otros grupos. Esta separación, además de ser pretenciosa, es simplista a tenor de los casos utilizados para realizarla. Pretender que El diablo se viste de Prada (The Devil wears Prada) es "arte" mientras que el partido de la semana pasada entre Green Bay Packers y New York Giants no es más que entretenimiento trivial es harto discutible. La basura también abunda en Hollywood: no se concentra en los campos deportivos ni en la televisión por cable. Cuando Streep ampara la necesaria crítica a la xenofobia en la defensa, con esprit de corps, del entramado hollywoodiense y sus productos, la sustrae de cualquier posible análisis reflexivo y objetivo vinculándola a la expresión ideológica de un grupo pertrechado de un estatuto y unas prerrogativas al alcance de muy pocos. Y al hacerlo resulta difícil evitar la amalgama entre sus intereses particulares y grupales y los valores que defiene. Algunos de estos son inseparables de su posición pero otros no y estos últimos - que como el desprecio de las conductas y actitudes xenófobas que son compartidas (o deberían serlo) por amplísimos sectores -, difícilmente serán distinguidos de los primeros.

15 de enero de 2017

Un poema de Raúl Zurita


"KNOCKIN‘ ON HEAVEN'S DOOR

El hijo de puta no dejaba de ser cómico y no nos
perdíamos ninguno de sus discursos. Tenían algo
espantosamente divertido. Sobre todo tres: cuando
dictó una ley donde se igualaba la jubilación de los
empleados y de los obreros, cuando respondió a una
petición de amnistía y cuando inauguró un nuevo
año judicial. Las frases fueron:
1. Porque de ahora en adelante señores, en Chile
todos somos iguales, comenzando por este
Presidente que desde arriba os habla.
2. Pero amnistía no Medina, el que pecó, pecó.
3. Antes de hablar señores, voy a decir algunas
palabras. Y después dicen que el gran hijo de puta no tenia
gracia. A mí me mataron al amanecer, al lado de
una carretera. Me hicieron pulpa.
Pero antes sí que me hizo reír el muy hijo de puta.

Golpeando, golpeando las 
puertas del cielo 

Golpeando, golpeando las 
puertas del cielo"

(Tu vida rompiéndose. Antología personal, p511).

12 de enero de 2017

Boutade

Nunca fue uno entusiasta de Michel Serres: su prosa era áspera, comparada con la de Foucault o Derrida, y sus afirmaciones y argumentaciones demasiado moderadas y equilibradas, sin el punto de provocación y demarraje de estos últimos. Ahora, si se hace caso a lo que se dice en El País, parece que se ha situado en su estela y le ha cogido el gusto, más que a la hipérbole, a la boutade. El periódico afirma que, en su nuevo libro, critica tanto la metáfora de Hobbes - convertida en tesis - del hombre como lobo para el hombre, como el abuso de la tesis devenida metáfora de Hegel sobre la "tarea de lo negativo" en la historia. Seguramente será más ponderado de lo que aparece reseñado en el medio de comunicación pero que Europa occidental viva "un verdadero paraíso, con una paz que dura ya 70 años, ¡70 años, algo nunca visto desde la guerra de Troya!" tal vez sirva como argumento contra las teleologías apocalípticas pero no da sustento empírico mínimamente serio como para afirmar que el ser humano "nunca ha vivido una época tan larga y tan intensa de paz". Lo dicho: una boutade.

7 de enero de 2017

Concluido el poemario

Y después de unos meses de trabajo, a veces intenso a veces desmayado y plagado de dudas, reescrituras, detenciones, retenciones y cambios de opinión, la primera versión del poemario que Agustín Calvo Galán encendió, sin saberlo, en mayo, ya está concluida. De momento lleva por título Rememoración. Unas semanitas de reposo, una primera revisión y a recabar el juicio de los amigos antes de darle su forma definitiva. ¡Avisados estáis!


3 de enero de 2017

Derechizaciones

La reacción ante un par de comentarios sarcásticos y pretendidamente jocosos que uno realizó el otro día al pasar por la Feria del Consumo Responsable (Economía social y solidaria), que por segundo año consecutivo está instalada en la Plaza de Catalunya, y una reciente conversación con Eduardo Moga acerca de una aparente "derechización" que, a la reduccioniosta mirada de algunos, parecerían sugerir determinadas observaciones y comentarios vertidos en este cuaderno están a un paso de obligarme a exponer, a modo de justificación autocrítica a la vietnamita, los motivos por los cuales en algunos aspectos no puedo identificarme con algunas tesis de la llamada "izquierda política" sin que ello equivalga a ningún alineamiento claro con sus oponentes. El problema es que tal propósito choca, por un lado, con la fuerza de la pereza que provoca el enfrentamiento con la simplicidad e implica, por otro, aceptar de algún modo un veredicto moral heterónomo y ajeno a la reflexión crítica de la que esta izquierda se proclama estandarte aun cuando su historia contradice ampliamente esta presunción. Veremos. De todas formas, mientras se le da vueltas, un ejemplo a título de tropo: entre la opción de convertir el espacio central de la ciudad en una pista de hielo para acceder a la cual hay que pagar una buena cantidad de euros que no está al alcance de todos los bolsillos y la de instalar una muestra de organizaciones que promueven una actividad económica "social y sostenible" gratis, de libre acceso y con diversos montajes para que los niños se aburran - o distraigan que de todo hay - un rato, no hay color desde el punto de vista de las posibilidades de disfrute colectivo. Ahora bien, de ahí a creerse a pies juntillas la retórica ludita, antiintelectual, artesana y filoagraria de cierto anticapitalismo que amalgama ciencia, técnica y estructura económica en un todo indivisible y que domina en esta exposición y en el imaginario de algunos de los que la han promovido hay demasiado trecho: es un discurso preferible en muchos aspectos al que se articula en torno al consumo desaforado y el egoísmo pero, como el "socialismo o barbarie" del que hablaba hace días, sólo debería ser tomado con cautela, como opción menos mala. Ya está ¿Derechización? En fin... Pues qué le vamos a hacer. Sólo una precaución: no estaría de más que leyeran un poco a Marx quienes realizan semejante deducción con tanta ligereza.