15 de octubre de 2017

Pablo y "La vida póstuma"

Aunque Pablo sea un optimista al pensar que el primer momento crítico de la insurrección catalana ya ha pasado, cojo al vuelo sus palabras para recordarme que hay más vida que la política y más emociones que la ansiedad o el miedo: su cuarta novela, La vida póstuma, ya ha visto la luz en Algaida y sus primeras páginas pueden leerse aquí. Después de atreverse a publicar Yo no he muerto en México por entregas en su Blog, vuelve al papel, ese papel que mantiene un plus simbólico - fruto de la tradición - a la hora de valorar la obra de arte literaria y más subjetivamente. Esta vez no esperaré al fraterno ejemplar de rigor. Lo iré a comprar a la librería e interrumpiré las demás lecturas en las que estoy enfrascado. Necesito distanciarme de este entorno próximo estúpido y asfixiante y las lecturas de Ingrao (Creer y destruir, los intelectuales en la máquina de guerra de las SS) o Figes (Los que susurran) no están ayudando demasiado a evitar la tentación de buscar similitudes que justifiquen, irracionalmente, los presagios apocalípticos que se agarran a tantos signos estos días. Bienvenido al terreno de juego, Pablo y gracias por enviarme un poco de aire menos viciado.

1 comentario:

  1. Gracias, ojalá la lectura sirva como alivio en estos días pésimos. Un abrazo.

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